A PALO SECO, ENTREVISTA

Magis Iglesias, Presidenta de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España)

¿ZAPATERO ANTE OBAMA?: QUE NO HAGA LA PELOTA NI EL RIDÍCULO

La Presidenta de los periodistas españoles estrena nuestra página de entrevistas "A palo seco". Es la primera mujer que preside la Asociación de la Prensa desde hace más de 86 años. Motivo suficiente como para invitar a Magis Iglesias a participar en este blog de comunicación urgente, donde creemos que lo "podemos todo" si luchamos por ello. Mantener viva la llama del periodismo en tiempos de crisis, es su gran objetivo. Y predica con el ejemplo.

Conocí a Magis a principios de los años noventa, cuando coincidíamos un día sí y otro también en el Congreso de los Diputados o en los actos electorales de la emergente "Era Aznar". Desde mucho antes, Magis Iglesias ya era una periodista bien informada, es decir, toda una garantía para los medios en los que ha trabajado, trabaja o colabora: Faro de Vigo, la Voz de Galicia, Agencia Colpisa, Cadenas Ser, Televisión Española.

Magis es templada, reflexiva, con el profundo sentido del rigor informativo y de la responsabilidad a la que se debe un periodista cuando habla o escribe. Y además, ... la llamas y se pone. Aunque no tenga un minuto libre, parece que siempre lo tiene. Doy fe de ello.

1.P: Otra presidenta, qué bien. ¿Tocará a las mujeres gestionar la peor crisis de la historia?
Eso parece. Decía un profesor de universidad y ex asesor de Clinton que no estaba muy seguro de que sin la gravísima crisis actual EEUU habría elegido a un presidente negro. Yo pienso lo mismo sobre las mujeres. No hay más que mirar a Islandia. Allí, las mujeres tienen que arreglar ahora los desmanes que hicieron los hombres en la economía y las finanzas hasta dejar el país en bancarrota.

2.P: Nos propuso “mantener viva la llama de nuestra dignidad profesional...”, por 600 euros al mes, dígame ejemplo de dignidades, un, dos, tres:
Es lamentable porque lo que dice es completamente cierto. Pero la dignidad no tiene precio y no es cuestión de dinero.

3.P: Nos pide un esfuerzo por seguir en esta profesión, ¿qué puede hacer la FAPE por los periodistas?
Lo que los periodistas por FAPE. Unos y otros somos lo mismo. Representamos a la profesión porque representamos a los colegas que la ejercen. Si nos apartamos de ese camino nos equivocaremos. La nueva Junta Directiva tiene ese objetivo como vocación prioritaria y eso sólo se consigue si estamos cerca de lo que pasa en las redacciones.

4.P: ¿Y qué tal un periódico On Line independiente?
Ojalá.

5.P: Cada periódico, radio o T.V. se debe a su grupo mediático y éstos a sus bancos, ¿cree que así se puede ser incómodo con el poder?
Los periodistas deben, al menos, intentarlo. Lo peor es que cunda el virus del desistimiento y el mal definitivo es dar por perdidas las batallas porque siempre se pierden las que no se dan.

6.P: Don Felipe y Doña Letizia animan a los editores a seguir en la brecha, ¿Qué majos, no?
Supongo que no tienen mucho más papel que ése en nuestro ordenamiento jurídico. Creo que cuando van a reuniones con periodistas también les animan a hacer bien su trabajo.

7.P: Doña Letizia le concede una entrevista. ¿Cuál sería su pregunta off the record?
¿Cómo puede sobrevivir sin ejercer el periodismo, usted, que ha demostrado ser una profesional de raza? ¿Realmente, le compensa lo que hace como para matar esa parte de su ser? Espiritualmente, me refiero.

8.P: “Omnia Possum”, decían los clásicos,” Yes, we can“, dice Obama. ¿Qué le diría a Zapatero como su asesora de prensa el día antes de visitar la Casa Blanca?

Que no haga la pelota ni el ridículo. Creo que es un buen consejo que, con carácter general, todos deberíamos seguir.

9.P: Se acerca la reunión anual del Club Bilderberg. Hasta S.M. la Reina reconoce que ahí es donde “se corta el bacalao”. ¿Por qué no hablamos de ello los periodistas?
Tiene razón, en las conversaciones de las redacciones no sale la palabra Bilderberg. ¿Será porque estamos hablando de los colegas que acaban de despedir, de lo que cobra el vecino de mesa, de que nos quieren bajar el sueldo o del miedo que tenemos a que nos echen con más de cuarenta y después de toda una vida en la empresa?

10.P: Y si mi hija quiere ser periodista, ¿qué le digo presidenta?
Que lo haga si no puede evitarlo. Esta profesión es insoportablemente dura si tienes una vocación irrefrenable pero si albergas dudas es, simplemente, imposible.

Para saber más sobre su trabajo al frente de los periodistas españoles: http://www.fape.es/

MORBO DURO

Recuerdo muy bien cuando cubrí la muerte de Desiré, Miriam y Toñi, las niñas de Alcasser. Al caer la noche del 27 de enero de 1993 se encontraron sus cuerpos y me faltó tiempo para salir disparado desde Madrid hacia Picassent, en Valencia, con la furia del periodista joven, dispuesto a afrontar la noticia del año y a conseguir información de la investigación policial, del lugar de los hechos y de los juzgados. O sea, lo normal.

Repasaba mis notas con un ojo en la carretera y otro en el cuaderno, tratando de recopilar mentalmente todos los datos para entrar en directo lo antes posible, una vez llegado al escenario del crimen. Ya estaba cerca del descampado donde un apicultor había encontrado restos exhumados por las lluvias invernales. Eran ellas, y yo estaba allí para contarlo.

Pero resultó que aquél lugar apartado no era el lugar de la noticia. Me llamaron de la radio para indicarme que fuera a otro escenario, al set de Nieves Herrero en Alcasser, donde estaban todos los protagonistas, en el primer reality Show que inauguró la telebasura: de Tú a tú.

Al llegar, creo que no me equivoqué al pensar que lo que se estaba cometiendo allí era otro crimen contra el rigor y el tratamiento informativo. Detalles escabrosos, conjeturas innecesarias, preguntas intolerables a los familiares, cualquier cosa con tal de inflamar la audiencia.

Después, toda la prensa criticó a Nieves, que siempre dijo que sus jefes la obligaron a hacer aquello y me lo creo, pero a partir de entonces los medios descubrieron lo bien que funcionaba el morbo duro en televisión. Aún recuerdo la pregunta de una redactora de Las Provincias al forense Luís Frontela sobre el estado del esfínter de una de las niñas. El forense la miró por encima de sus gafas sin responder. A mí se me cayó la grabadora al suelo.

16 años más tarde todo sigue igual. Y si no, al tiempo. Esta vez tenemos en la "parrilla" la aún oscura historia de Marta del Castillo, al parecer asesinada a golpes por un chico, como casi siempre, de familia desestructurada, como Antonio Anglés, el principal acusado del triple crimen de Alcasser, como Sergi Xavier, el maltratador grabado en video en el metro de Barcelona, como tantos otros. Y es que sin una familia comprometida con la educación no hay esperanza.

Ayer viajé a Sevilla y en el aire respiré de nuevo el olor a morbo duro. Cableados interminables de unidades móviles, focos alrededor de los juzgados, del escenario del crimen, barcos alquilados para seguir a las neumáticas de la guardia civil por el Guadalquivir, conexiones en directo y mucho público inconsciente que se deja llevar por el ansia de salir en la tele, como queriendo lograr su minuto de gloria que la vida les niega día a día. Carne de parrilla servida gratis para rellenar el escenario.

Y las teles tan contentas. ¿Saben la publicidad que entra en esos programas cuando hay un despliegue así?, mejor me lo callo, que estamos en crisis. Piensen mal y acertaran: más anuncios en los programas más descarnados. Y es que nos va la marcha y no lo podemos evitar. Y debajo, cómo no: Deja tu mensaje. Envía: MARTA al 7788 espacio y opina. Ella se lo merece y de paso engordamos la facturación del programa.

Ahora Los padres de Marta piden cadena perpetua. Nada que objetar. Son sus padres y comprendo su dolor. Sobre lo que piden ni me pronuncio porque no hace falta. Así están las familias de las 26 niñas asesinadas brutalmente desde la desaparición de las de Alcasser.

Pero, ¿dónde están los debates en televisión sobre educación infantil y de adolescentes contra la violencia, sobre marginalidad y peligros por la falta de tutela a esas edades?, ¿donde está el debate sobre los peligros de las redes sociales que operan en Internet y sus consecuencias?, ¿dónde está el análisis de fondo para luchar contra esta violencia social?

Quizá en los colegios, en las tutorías, en la universidad, en los programas de madrugada, en los libros. ¡Puaff!, qué rollo, ¿no?. Mejor pongo la tele que están echando lo de la niña esa que han matado sus amigos. Es más divertido ver a los vecinos gritando ¡asesinos, culpables!, mientras la policía les inmoviliza en el suelo cerca de las cámaras y los micrófonos. Es nuestra dieta mental. Está más rica la hamburguesa televisiva que el plato de verdura editado en tapa rústica. Nos espanta el caso de Marta, pero nadie llama al papá de la amiga de su hija para decirle:

¿Me dice mi hija que a la tuya la dejas salir hasta las dos de la madrugada?, perdóname por esta llamada, pero nuestras hijas sólo tienen doce años. ¿Crees que podríamos hacer algo al respecto para evitar que volvieran tan tarde? Seguramente el papá de la amiga de nuestra hija montara en cólera. Quién le va a decir a él cómo educar a su hija.

¿Acaso es una llamada para decirle que qué clase de padre deja a su hija tan pequeña llegar a casa tan tarde? Pues sí, en el fondo es eso lo que me gustaría decirle, qué quiere que le diga, ahora que no me oye el padre de la amiga de mi hija. Podemos evitar el suceso si evitamos las conductas que lo propician. Y de paso se acabaría el circo que inauguró Nieves Herrero.

ELUANAS

Se ha ido antes de tiempo. Eluana, la joven italiana de pelo negro, ojos rasgados, melena mediterránea y sonrisa sincera, ha dejado plantados a los que querían tenerla con vida, aunque fuera sólo con su aliento. Su padre decidió dejarla morir tranquila y soltar la última amarra que la mantenía flotando, al son de la marea. Nos deja en plena tertulia sobre si debe seguir siendo. Porque todos opinamos y así nos despreocupamos de nuestra crisis, de nuestras deudas.

Y ayer, a la hora precisa de su muerte, dejó con la boca abierta y el dedo en alto a los senadores italianos, reformando la ley para que la ley no se cumpliera. Que Eluana no pensara, sintiera o se moviera desde hace diecisiete años era lo de menos. ¿Que se enteren todos que su vida es de Dios y no de ella? Qué mas da. Ha pasado tanto tiempo que su mente y su cuerpo se olvidaron de morir.

Pero se ha ido, estemos o no de acuerdo, si es que no lo hizo hace ya años. Ha tardado mucho menos de lo que los médicos decían: quince días en ayuno, le han bastado tres. Y tras de sí deja de nuevo a unos y a otros embarrados en el debate más triste. ¿Pero es que hay alguien sobre la tierra que permitiendo que tantos mueran a manos de otros tantos van ahora a poner pegas?. El Vaticano, mi gobierno, quienes sean, ¿seran capaces de decidir también cuándo me muera?

La vida está llena de eutanasias. Y el mundo, de quienes deciden cómo y cuándo moriran otros, sin que nadie se lleve las manos a la cabeza. ¿No vamos a dejar morir a quien ya no vive? Respeto a los que aún la querían aquí. Pero Eluanas podríamos ser todos y seguro que muchos tenemos en la mente a alguna de ellas .Me gusta su nombre, Eluana, y no puedo evitar sentirme bien ahora que ha muerto. Me entretengo mirando su foto. Suspiro y siento alivio. Se ha hecho de noche. Reescribo en femenino el verso de Herberto Helder en su Poema Continuo: "...estaba tan muerta que ya sólo vivía".

LA LÍNEA DE FUEGO

Estreno este blog con paso firme en una noche de tormenta; sintiendo el placer de volver a pisar la arena. Y caminando que es como mejor se piensa, me he convencido de que no nos llevará la galerna. Que sabremos vivir en la línea de fuego.

Pero debo saber que será duro, que sólo los viejos muy viejos saben lo que es esto. Una depresión mundial que ayer resonaba en el horizonte y hoy ya se arrulla en nuestra almohada. Un cambio climático para nuestros bolsillos que sí que nos dejará helados.

La arena está fresca, atrás quedan mis pisadas y mi propia huella me recuerda que el movimiento se demuestra andando. Que esta crisis pasará. Que no hay que pararse nunca aunque no subamos más peldaños. Que vamos a ser mejores, más personas y más humanos.

Mi vecino no será tan exquisito para compartir vehículo. No habrá mal gasto en casa ni halógenos presumidos. Los pilotitos rojos y azules de la tele o de la radio no estaran siempre encendidos. Apagaremos el coche en atascos y las tarteras entraran en los despachos. Y llegaremos antes a casa, porque no habrá copita de jueves mientras pasa la hora del baño de los niños. Y quizá acabemos antes el trabajo, para ahorrar la luz de la oficina y en ocho horas haremos lo que antes no hacíamos en diez, porque habrá que ahorrar energía, tiempo y dinero. Y sobre todo, estaremos más alerta y seremos más activos.

Porque estar informados, escribirnos y leernos nos hará más capaces, más buenos y resolutivos. Nada de esto es casual. En España había que cambiar hace tiempo el modelo productivo, pero la sombra que se acerca no la ha hecho una pared de ladrillos. Más bien la codicia piramidal de los que escriben nuestro destino, de los que pusieron el crédito en el anzuelo que todos hemos mordido. Quizá ahora, en plena línea de fuego, sepamos defendernos mejor de nuestro peor enemigo: nosotros mismos.

EL PRESIDENTE EN TELEVISIÓN: NO TENGO UNA PREGUNTA

Me he quedado en blanco. Menos mal que no llamó nadie hace unos días para invitarme al programa. Porque esta noche no hubiera sido capaz de formularle ni una pregunta al presidente del gobierno. No pasa nada. Creo que él tampoco ha sido muy capaz de dar una respuesta. Y no por falta de ideas o de ganas.

El problema nos supera y a él también. Sólo tiene un maletín de primeros auxilios para los heridos más extremos. A los demás nos toca esperar y seguir sufriendo. Aún así, coincido con el presidente en la parte más "americana" de su mensaje: tener confianza en uno mismo y luchar. ¡Qué otra nos queda!. Quizá sea cierto que crecimos en la abundancia y nos falta fuerza y honor. No digo que no.

Habrá que pensar en moverse de ciudad, escribir a tanto la pieza o en servir mesas al relente de un kiosko de febrero. Tal vez no sea tan duro volver a trabajar en lo más feo.Nos toca pasar la crisis de nuestra vida. Por lo menos no es una guerra, y ni Rodríguez Zapatero ni Obama, ni ningún otro, por cierto, "tienen una respuesta para usted", quizá porque nosotros somos la respuesta. Pero todos, el que debe bajar de la nube y el que debe bajarse el sueldo.

No es tiempo de preguntas. Quizá muchos acabemos volviendo a los pueblos como proponía Martín Santos, porque se avecinan tiempos de silencio. De hablar menos y mirar hacia dentro. Porque nadie va a darnos trabajo, nadie nos rebajará la hipoteca, ni perdonará una deuda, pero tal vez nuestra energía, ésa que sólo sacamos una vez en la vida, sea la respuesta a la pregunta que no tengo. Seamos sinceros, esto no podía seguir así:¡la vida es crédito!, si tengo el cinco puertas, ahora un 4x4, si vendo el ático me construyo en un terreno...y todo sin tener dinero".

Pero aún caeremos más bajo, aunque seremos más buenos. Porque el ser humano sólo comparte cuando lo tiene todo o cuando no tiene donde caerse muerto. No tengo una pregunta, pero sí una respuesta: no voy a tener miedo.

LA BANCA SIEMPRE GANA

Y no es un dicho, es un hecho. ¿Qué esperábamos?. Ni el mismo Presidente del Gobierno es capaz de arrancarle a los banqueros un compromiso más allá de "ya lo iremos viendo"; un brindis al sol en una nublada tarde de febrero.

Los bancos ahora no nos van a prestar dinero. Dicen que las empresas y los ciudadanos no piden créditos para levantar proyectos sino para tapar agujeros, que estamos sobreendeudados y todos sabemos que es cierto. Porque "si todos quieren algo, yo tambien lo quiero".

Le han tuteado al Presidente del Gobierno: "Los bancos no vamos a hacer el esfuerzo." Y si no lo hacen ellos, nos toca a nosotros hacerlo. Hace tiempo que sospecho que nadie moverá un dedo. De momento sólo lo mueve Zapatero. Aunque es un dedo débil y además sólo es un dedo. Y aquí hacen falta los dedos de muchas manos para poder levantar esto.
Los bancos siempre ganan pero es que tienen que hacerlo; si no, no serían bancos ni nosotros los de los créditos. No espero nada de ellos. Con el tiempo saldremos de ésta, pero con mucho, mucho tiempo. Somos sus deudores, y lo seguiremos siendo. Y así hasta que eduquemos a los nuestros a no vivir del crédito, a no querer tener tanto; quizá pasear por un parque, leer un poco y endeudarse menos. Hasta que aprendamos a no tener que vivir siempre de ellos. Que la felicidad no se paga a plazos, aunque nos inciten a hacerlo.