La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.(George Orwell)


BLOG DE PERIODISMO URGENTE



lunes, 25 de octubre de 2010

HABLAR CON EL DE AL LADO


Hace ya tiempo escribí para este blog un artículo sobre las cosas buenas que nos traerá la crisis que vivimos. No le pongo adjetivos porque no es sólo económica. De hecho, muchas de estas páginas han tenido siempre ese argumento latente: los momentos duros de la vida son los que nos refuerzan.
Y cada día que pasa me doy cuenta de que lejos de ser un mensaje de ánimo es una verdad poco cuestionable. Una verdad que podemos utilizar o dejarla ahí, enmarcada en nuestra pared, como esta foto de la Habana Vieja, para mirarla de reojo sin hacer mucho caso de su potencial. A esta linda escena ellos lo llaman "cubaneo"; hablar pasando el rato, ayudados por la compañía del otro, protegidos por el grupo. Uno me deja una pieza para el motor del carro, yo le enseño a su hijo a dividir por dos cifras, el otro baja un refresco y... juntos no esperamos tanto de la vida, para que no se nos pase la vida de tanto esperar.

Hay muchos pueblos en el mundo que saben de lo que hablamos: cubanos, saharauis, gitanos.. la lista es interminable. Pero son los que tienen la versión más actualizada del mundo; la que les permite preocuparse sólo por lo importante: mantenerse unidos con el de al lado, con el grupo local, no con la red social de la pantalla.
A lo peor, los beneficios que sacamos de sobrellevar la crisis no se ven a corto plazo, no pueden ingresarse en el banco, no nos sitúan en los puestos de cabeza y por tanto, no nos valen. A lo mejor, es que estamos confundidos de carrera o que simplemente no hay que participar en ninguna. Puede que estemos equivocados de base y entonces... ¡para, quieto, Dios, mío! -te imagino lector- : no sigas por ese camino que te veo venir. ¿Es este un artículo de esos en los que nos dices que otro mundo es posible?...¡no sé si hoy tengo el día para soportarlo!

Tranquilo lector, hoy ya he gastado mis energías recordándoselo a mi hijo. Él todavía puede creer en eso y hacer que el mundo sea distinto. Él y los que son tan pequeños como él sí podran cambiarlo: ayer le sorprendí cerrando el grifo de la ducha para enjabonarse. ¿A que ese simple gesto no te parece tan fácil?. para él, si. No espera de la vida que el agua dure para siempre.

Para muchos ya es tarde para ahorrar agua, compartir gastos con el vecino, pero para los hijos puede ser lo normal. Al mío no quiero ponerle piedra en el camino, ni inculcarle el malgasto, o el miedo a no llegar alto y mil un prejuicios que aún llevo dentro. Tengo bastante con saber que mucho de lo que sé lo sé mal, lo mismo que les ocurrió a nuestros padres, abuelos...

Ahora deseo que nuestros hijos piensen por sí mismos un poco cada día. Que se diviertan mientras aprenden, que les tomemos la lección preguntándoles cómo aplicarían lo que están aprendiendo y por qué no les gusta o por qué si, que pasemos más tiempo hablando con ellos o con cualquiera. Creo que el ser humano es mejor cuando habla con el ser humano, cuando se comunica, cuando se expresa, pero sobre todo, cuando lo hace cara a cara, con un hijo, con un hermano, con un vecino.

Porque la globalización me acerca al otro lado del planeta con un e-mail, con este blog, con las mil caras del facebook, pero me aleja del que tengo al lado. A él dedico estas líneas. Tiro la última frase de este artículo contra mi propio tejado: Deja de leerme desde cualquier lugar del mundo y habla más conmigo que me tienes más cerca.

viernes, 15 de octubre de 2010

CAFÉ PARTY


Dicen los politólogos americanos que el fenómeno del Tea Party -el movimiento político liderado por Sarah Palin que está a la derecha del Partido Republicano en Estados Unidos- puede hacerle mucha pupa a Obama. Sin ir más lejos, han ganado en las Primarias republicanas a los candidatos oficiales con su discurso “ultra”, adelantando por la derecha a la propia ex gobernadora de Alaska.
Para muchos, estamos a las puertas de una involución del pueblo americano que a pesar de su presidente siempre tiene un pie en el extremismo patriótico que tan mal le fue a George W. Bush. Lo que no nos esperábamos es que nadie se acercara a compartir el espíritu de ese movimiento aquí en España.
Y ha sido Esperanza Aguirre la que no ha tenido reparos en reconocer que comparte en buena medida los postulados del Tea Party, aunque hablando de España, se apresuró a rebautizarlo como Café Party. Enseguida la izquierda se ha echado las manos a la cabeza y quizá algún miembro de su partido, también. Pero haciendo un ejercicio de análisis saludable, me pregunto: ¿tan malo es pedir que haya menos impuestos, menos intervencionismo del Estado y un gran pacto entre PP y PSOE para salir de la crisis?

No sé si me tomaré el té o el café con Aguirre un día de estos a las cinco de la tarde, pero lo que sí sé es que si lo hiciera, no podría negarle la mayor, al menos en lo de los impuestos y en la necesidad de buscar un acuerdo entre los dos grandes partidos nacionales. Eso nos ahorraría mucho dinero destinado a contentar a los nacionalistas y otro tanto en mantener el estado autonómico actual que multiplica el gasto para que unas comunidades autónomas saquen pecho frente a otras.

Todo el mundo, incluida Esperanza Aguirre, tiene algo de razón en lo que dice. Pero si acudiera a ese Café Party con ella sí que le diría que con los socialistas madrileños en plena euforia post primarias, camino de la Puerta del Sol, no es el momento de imaginarla, sorbo a sorbo, en un sofá al lado de Sarah Palin.

viernes, 1 de octubre de 2010

EL OTOÑO PASARÁ


Buscaba un punto de escape en el que concentrar la vista para estrenar esta columna. Sin darme cuenta miré hacia donde miramos todos los madrileños varias veces al día; zas, ahí está: la Bola del Mundo. Un gran lugar con un buen nombre desde el que poder escribir sobre Madrid y el resto del planeta. Porque nuestra Sierra de Guadarrama es quizá el paisaje que mejor descansa la mirada, el que nos anima a seguir en la brecha, al que prometemos ir el próximo sábado aunque no lo hagamos.

A veces con verla ahí, desde cualquier sitio, es suficiente. Todos la sentimos nuestra. Y está preciosa con el cambio de estación que estrenamos. Un otoño difícil para la mayoría. Otro otoño de perfil bajo, de poco consumo, de echar cuentas al céntimo de euro. Aunque eso tiene sus ventajas. Quizá demos más paseos por la montaña, y descubramos otras maneras de disfrutar sin tener que gastar tanto.

Quizá pasemos más por el taller
y menos por el concesionario
Casi no lo recuerdo, pero hubo otoños así, cuando La Roja no ganaba mundiales ni la A-6 tenía este nombre tan moderno y el campo se llenaba de mantas, balones y bocadillos de filete ruso. Éramos felices jugando en la pradera de Collado-Villalba, subiendo a Siete Picos o pescando gobios en Navacerrada. Fueron tiempos difíciles. Pero los hubo peores, dice mi abuela Carmen. ¿Y qué pasó después?, que todo fue a mejor. Y ahora pasará lo mismo, aunque dure. Días de mucho, vísperas de nada.

Aquí, allende sierra como dicen los segovianos, sabemos capear el temporal mejor que nadie. Nos acercamos al medio millón de parados en la Comunidad, pero España tendrá superávit al final de 2010. Las agencias de calificación nos bajan la nota pero Zapatero no subirá más los impuestos. Y seguimos siendo el motor económico del país.

Puede que cambie el modelo, que sólo entre un sueldo en casa en vez de dos, puede que nos sobre un canal de pago y que nos apañemos sin otra pantalla plana. Quizá pasemos más por el taller y menos por el concesionario. Pero todo eso ya lo vivimos antes, en otros otoños, aunque no nos enterábamos porque además de pequeños también éramos felices. Este otoño pasará pero qué colores más bonitos tiene desde la Bola del Mundo.