En el campo de fútbol de la Federación Española, los jugadores del equipo de fútbol de amputados de Sierra Leona sonríen cuando oyen hablar de la crisis en España. Para ellos, jugar en la hierba verde, verdísima de Las Rozas, al lado de La Roja fue un sueño, una meta que Dios les ha permitido disfrutar.
En estos días de gira por España olvidaron la guerra que azotó su país en 1991 y que sufrieron a machetazos en sus carnes y volvieron a vivir su pasión: jugar al fútbol, su meta, su "goal".
En estos días de gira por España olvidaron la guerra que azotó su país en 1991 y que sufrieron a machetazos en sus carnes y volvieron a vivir su pasión: jugar al fútbol, su meta, su "goal".
Y lo hicieron en el país de la crisis, entre sus ídolos y los niños que no sabían hacia dónde mirar -si a las caras de Casillas, Iniesta y Fábregas o a las muletas de los futbolistas de Sierra Leona-, porque para ellos, los amputados de ONE GOAL, la España en crisis les sabe a gloria: deporte, servicios, camas limpias, bienestar, paz...
Las imágenes que acompañan estas líneas son cortesía de Sergi Agustí, el gran promotor del proyecto ONE GOAL y director del documental que se realizó en el país africano en 2006 y del fotógrafo Pep Bonet.
Ambos dieron a conocer al mundo entero la fuerza y la ilusión de los que soportaron la tortura y la violencia de aquella guerra. Hoy, Agustí y los futbolistas mutilados de Sierra Leona (quizá el segundo país más pobre del mundo) hacen una gira por toda España contando su experiencia de superación a través del fútbol.
Para ellos, para sus familias, la crisis que vivimos es una bendición del Dios que nunca les hizo caso pero que hoy les trae a España a conocer a sus ídolos. Nuestras penas, nuestro paro, nuestro déficit o nuestra pérdida de poder adquisitivo sólo son pequeñas tragedias a las que nunca tuvieron derecho.
Ellos vivieron otras, las de las milicias que llegaban a sus poblados y les cortaban las piernas o las manos para que no lucharan en el otro bando. Por eso ayer, en una tarde inolvidable para cientos de niños, se dedicaron a jugar al fútbol bailar y cantar, y traernos un poco de esa felicidad innata que parece invadir a los que la vida les ha dado poco. No suelo hacerlo pero me gustaria recibir de los lectores algunos comentarios que poder enviar a este equipo. Ayer se cumplió su sueño: jugar al fútbol en uno de esos países del norte que sufre la crisis.