La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.(George Orwell)


BLOG DE PERIODISMO URGENTE



lunes, 21 de diciembre de 2009

¿EL REY EN ETB?, NO PASA NADA


Vivimos en el país que nos merecemos. Una nación donde es noticia que por primera vez en la historia de la democracia se vaya a transmitir el mensaje del Rey Don Juan Carlos por el canal autonómico de Euskadi. Porque hasta ahora estaba vetado.

Vetado sí, esa es la palabra. En España hay muchas cosas buenas que están prohibidas, que no se hacen para no herir la sensibilidad de los que no se sienten españoles, no vaya a ser que mañana su voto haga falta para conseguir la mayoría parlamentaria. Lástima que ese sentimiento antiespañol venga acompañado de la incoherencia y sólo sirva para renegar en voz alta mientras luego aceptan compensaciones de todo tipo, sobre todo económicas.

Esta Navidad y gracias al cambio de gobierno habido en Euskadi habrá discurso del Rey por la ETB-2. El nuevo Lehendakari ha decidido que las cosas, en este y otro terrenos, vuelvan a la normalidad, mejor dicho, estrenen normalidad. Sencillamente porque en el País Vasco hay muchas cosas normales que aún están por ser, porque todavía no han sido o hace mucho que fueron: transmitir el mensaje del Rey, que la Selección Española de fútbol (la selección a secas, como dicen allí) juegue un partido oficial, que pase la Vuelta Ciclista a España (la vuelta), etc.

Y el Rey, que tiene mucha mano izquierda y capacidad de entendimiento, ha sabido soportar todos estos años los malos modos del nacionalismo vasco, sabedor de que su tarea está tan por encima de ellos que no debe ni puede responder salvo con la mano tendida de la concordia, por cierto, su palabra favorita en cada discurso.

Somos una democracia adolescente en términos históricos, a la que le ha ido muy bien, desde sus comienzos y a la que la bonanza de los últimos veinte años le ha permitido progresar, desarrollarse, ampliar miras, si, pero también irse de botellón, gastar sin reparo, endeudarse sin sonrojo que mañana Dios dirá y quejarse, quejarse mucho, que es lo que los jóvenes hacen cuando no tienen otro pito que tocar y cuando no hay a la vista más problema que decidir adónde ir el próximo fin de semana.

Los Gobiernos desde la transición han respetado la imagen del monarca, es cierto, pero casi a regañadientes, como si fuera un demérito reconocer la labor de Don Juan Carlos. Siempre he echado de menos un apoyo más firme, más institucional y si me apuran, más cercano al Rey. Porque desde dentro no se nota pero basta con salir un poco de España para darse cuenta del valor y el prestigio que tiene nuestra Familia Real. Eso sin hablar de la influencia y el peso específico que aporta en multitud de visitas oficiales con el avión lleno de empresarios cuyo respaldo Real es imprescindible.

Lo saben los gobiernos de turno pero rara vez atribuyen a la Corona la capacidad de generar confianza en otros mercados cuando se trata de lograr importantes acuerdos comerciales. Para muchos países, el Rey o los Príncipes de Asturias son garantía de éxito, de seriedad y de palabra. Porque en China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Arabia Saudí o Rusia, si vienen Los Reyes o Los Príncipes es un viaje y si no vienen, es otro. ¿Y cuándo hemos visto sacar pecho a la Casa Real por esta gestión impagable?, nunca. Ese es todo su premio, que nadie se entere. ¿Hay mayor prueba de servicio a España, un país donde reinan los pecho de lata?

La monarquía es una institución histórica que en este país ha demostrado inteligencia y empatía con la democracia. La vocación de servicio del Rey ha hecho que su figura sirva para mucho, al contrario que otras monarquías incapaces de reinventarse en pleno siglo XXI. En nuestro país el Rey, la Reina y su familia han demostrado prudencia, lealtad, trabajo y paciencia. Al menos, se merecen mi respeto, porque me cuesta encontrar estas virtudes entre las filas de los que nos gobiernan o nos quieren gobernar.

Agradezco al nuevo Lehendakari, Patxi López, su gesto de generar normalidad y que el discurso de Nochebuena de Don Juan Carlos se emita en la tele vasca. Ya verán como no pasa nada. Eso es lo que les da miedo a los más nacionalistas, que no pase nada.



martes, 24 de noviembre de 2009

El PADRE ZAPATERO


El Presidente del Gobierno es un padre moderno. Le gusta columpiar a sus hijas a dos manos, ahora la patronal, ahora las centrales sindicales. A ambas impulsa a cada instante con ese ademán inseguro que mezcla la sonrisa frágil entre lo tímido y lo sincero. No sé si sus hijas le respetan mucho. La patronal lo tiene mejor para mostrar sus sentimientos. Está en su papel: papá ayúdame que tenemos una crisis profunda y hace falta una reforma del mercado laboral, avalada por todos los expertos.


Para las otras, las centrales sindicales, la cosa no está tan clara. Se alegran de que su padre las deje hacer, si, pero andan con la mosca detrás de la oreja. A lo peor es que papá no sabe bien cómo afrontar esto. A lo mejor es que está convencido de que las reformas caeran por su propio peso y por eso no nos aprieta porque sí o sí nos tocará hacerlo.






A mí me da la sensación de que el presidente sabe lo grave que es esta crisis; pero sabe que patronal y centrales sindicales sólo llegaran a un acuerdo cuando se necesiten sin remedio. Ahí es donde el presidente les dirá: "... veis hijas, como no había que hacer eso,¿ por fin habéis llegado a un acuerdo?, pues rápido, que sois la comidilla del país y no hay tiempo."






Y si sus planes se cumplen, nos habrá dado una lección. Ésa que dan los padres modernos a sus hijas e hijos pequeños: no tratan de imponer su autoridad, prefieren que ellos vean las consecuencias de sus actos. Zapatero, como todos nosotros, actúa igual en casa que en el Gobierno. Aunque con el tiempo, quizá más de uno o de una le pregunte: ¿Papá, cuando era niña, cómo me dejaste hacer eso?

miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA COLA DEL ALACRÁN



Nuestro país ha pagado el rescate a los piratas de Somalia por el secuestro del atunero Alacrana, si, pero gracias a ello ha logrado salvar la vida de su tripulación. Hasta ahí nadie debería poner en cuestión la labor del Gobierno español. Pero el asunto trae una cola tan larga y venenosa como la del alacrán.


Me pregunto si el armador del barco habrá pagado parte del rescate. Lo digo porque la responsabilidad última de faenar fuera de la zona de seguridad fue suya, ya que dentro de ella quizá hubiera menos pesca pero más seguridad. Los pescadores estaban de acuerdo, sin duda, pero su decisión debería hacer reflexionar a los demás pesqueros a la hora de seguir trabajando al margen de dichos límites de seguridad. La Operacion Atalanta, encargada de vigilar militarmente ese perímetro de seguridad cuesta más de dos millones de euros al día, por lo que debería de haber algo más que una recomendación a los pesqueros para que no salgan de esa zona, aunque pesquen menos.


Me pregunto si el barco tenía un seguro contra secuestros como tienen muchos otros pesqueros. Un seguro que, por cierto, aunque caro, carísimo, ha bajado de precio, ya que las compañías aseguradores han ofrecido precios competitivos debido a la demanda en aumento provocada por el riesgo creciente de piratería.¿No debería pagar parte del rescate la compañía de seguros?


También quisiera saber si España junto con la Unión Europea trabajan en seguirle la pista a los piratas que abordaron el barco hace 48 días, porque una cosa es pagar el rescate y otra decir, "pelillos a la mar" que aquí no ha pasado nada.


Me pregunto igualmente por lo que pensará todo el pueblo vasco y en especial los nacionalistas más o menos radicales, al comprobar cómo el Estado español ha puesto en marcha su maquinaria militar y de inteligencia para gestionar esta crisis. Que a nadie se le escape su silencio revelador.


No puedo olvidar otra reflexión sobre lo ocurrido. La violencia, la piratería, el terrorismo marítimo, no son más que lo de siempre: el producto de la pobreza, la corrupción y la falta de implicación internacional en Somalia, un estado fallido del que nadie se ocupa porque de momento no tiene ni petróleo, ni diamantes, ni coltán. Sólo tiene pobres de solemnidad dominados por señores de la guerra divididos en clanes dispuestos a sobrevivir a costa de los que se acercan a sus aguas.


Finalmente queda el ¿y ahora qué?. Qué condiciones va a poner España a sus armadores para que no pase de nuevo. ¿obligará a faenar sí o sí a los pescadores dentro del círculo de seguridad? Muchos diran que Papa Estado no puede hacer eso; no porque estaría ejerciendo un intervencionismo intolerable, no. A Papá Estado sólo acudimos para que nos salve el pellejo. Después, que se quede en casa que ya somos mayorcitos para saber de lo que es capaz la cola del alacrán.

lunes, 21 de septiembre de 2009

APRENDER A DECIR NO, por Pilar Cernuda



Pilar Cernuda tiene esa cualidad tan preciada para los que la leemos y escuchamos. ¿Cómo definirla?. A ver así: con sus ideas y su sentido común, sabe ponernos de acuerdo.


Por su trayectoria periodística desde la España de la transición, pasando por la coronación del Rey Juan Carlos I, el Golpe de Estado del 23-F, los gobiernos de Felipe González, Aznar , Zapatero y lo que venga, se ha ganado desde hace años estar a la cabeza de las firmas más prestigiosas de la prensa española. Su voz autorizada, como madre y periodista, no podía faltar en nuestro blog al hablar de la crisis educativa.



La policía ha impedido un “macrobotellón” que se había covocado en Madrid, en el Faro de la Moncloa. En Majadahonda, dos días más tarde, quince mil jóvenes se reunían en una explanada, a la que llegaron con sus bolsas de plástico cargadas de botellas. Nadie hizo nada por impedirlo.

Nuestros hijos salen de casa a las doce de la noche y regresan con el alba, y la culpa es nuestra. Beben alcohol, y la culpa es nuestra. Van de botellón, y la culpa es nuestra. Podemos decir, para tranquilizar nuestras conciencias, que las copas son muy caras en los bares y discotecas y por eso se ven obligados a comprar en gasolineras o “chinos” botellas de whisky, vino o ginebra.

Y podemos decir que si no les dejamos salir se quedan sin amigos, y que es peor una depresión que unas copas de más de vez en cuando. Y podemos decir que en los colegios no educan a los chicos y chicas en valores. Pues claro que no. Son los padres los que deben hacerlo, los que están obligados a poner límites, a decir qué se puede consentir y qué no es aceptable de ninguna manera.

El botellón no tiene por qué ser necesariamente nocivo si los jóvenes saben hasta dónde pueden beber, si saben que la educación, no el pudor, obliga a hacer las necesidades apartados del resto de la pandilla; que hay que aceptar a los que rechazan la copa o el pitillo sin burlarse de ellos, y que por encima de todo está el respeto no solo a los demás sino a uno mismo.

Ahora, lo fácil para un padre es decir a todo que sí, cerrar los ojos y dormir sin enterarse cómo y cuándo llega tu hijo a casa. Lo otro, el control o decir que no, significa bronca segura, malos tragos y problemas. Pero hay que hacerlo.

Nuestra juventud no está enferma. Pero, sin duda, los padres tenemos que dedicar mucha más atención a los hijos, hablar con ellos desde muy pequeños sin mirar el reloj y buscar el equilibrio, difícil, entre darles la confianza que merecen, y que ellos no fallen ante esa confianza.
Pilar Cernuda es autora de:
El Presidente - biografía de Felipe González-; Ciclón Fraga, Todo un Rey - con José Oneto, Pedro J. Ramírez y Ramón Pi -; Crónicas de la crispación y Aznarmanía, con Fernando Jáuregui. También con éste último, y con Joaquín Bardavío, ha publicado Servicios Secretos. Ha escrito, además, La mujer en la política, El largo camino hacia la igualdad y, con Margarita Saenz Díez, Los hijos más deseados, un ensayo sobre la adopción.
Actualmente trabaja en la agencia Fax Press, y colabora en TVE y la tertulia radiofónica de Carlos Herrera, en Onda Cero, entre otros medios. Sus artículos se leen en más de cuarenta periódicos.

lunes, 14 de septiembre de 2009

LOS NIÑOS DE LA LLAVE


Más de siete millones y medio de alumnos comienzan hoy las clases. Muchos de ellos son niños de las llave. Así llaman los profesores a todos aquellos estudiantes que llevan una llave colgada al cuello o en la muñeca cuando los ven en clase. Demasiados ya la tienen a partir de los once o doce años. Usan la llave para entrar en casa cuando llegan por la tarde, porque a las cinco, las seis o las siete, sencillamente, nadie les abre la puerta.


Sus padres no están. Siguen trabajando y aún tardaran en llegar unas horas. La conciliación de la vida laboral y familiar es todavía un bonito titular en las páginas de los dominicales, más que una realidad instalada en España.


Los niños de la llave, además, suelen levantarse por la mañana cuando alguno de sus padres o quizá los dos ya han salido de casa y son sus hermanos mayores, veteranos de la cerradura, los que se "ocupan" de que desayunen y lleven todo listo al colegio. Se trata de una generación poco acostumbrada a ser exigida, dirigida, orientada y que sólo espera a que llegue el tiempo de ocio, porque aspirar a otra cosa necesita del apoyo de unos padres a los que casi no ven.


Son niños, pre-adolescentes que no saben lo que es tener ayuda paterna en los deberes, ayuda en sus relaciones sociales, apoyo y comprensión y a la vez ...disciplina ( ¡hala!, ya he soltado la palabra maldita, a partir de ahora ya estoy en la lista negra).


Todo eso provoca que no haya tiempo para la ternura, para el diálogo serio, para la comunicación entre padres, madres e hijos. Y cuando eso pasa, la motivación escolar desaparece. El resultado es revelador: Los últimos sondeos oficiales hablan de un 29% de fracaso escolar, muy superior a la media europea. Sólo Portugal nos supera. Tengamos en cuenta, además, que la cifra ha subido a pesar de haber bajado el número de estudiantes, debido al índice demográfico.


De acuerdo, no nos fijaremos la meta del 7% de fracaso escolar que tiene Suecia, pero es que en la enseñanza media un 32% de los alumnos repiten curso y el 35% no terminan con éxito 2º de ESO. El 48% no superan el bachiller y en la universidad el abandono de los estudios ronda el 50%.


Pero lo más difícil es acudir a una tutoría de tu hijo y ver el miedo en la cara del profesor. Como si tuviera ante sí una amenaza en vez de a un padre interesado por la evolución del alumno. Y lo peor de todo es decirle que le deseas mucha suerte, que "lleve derecho" a tu hijo para que esté motivado y estudie. Entonces al profesor/ra se le saltan las lágrimas.

Humildemente, me pide disculpas y me dice que no está acostumbrada/o a que un padre le hable con esa claridad. Que todo lo que reciben son reproches y quejas sobre lo mal que educan a su hijo en el colegio. Por cierto, que nadie me había dicho que en el colegio educaran a mi hijo, porque de eso me encargo yo. Esta frase suele hacer llorar aún más al tutor/a, que se pellizca el brazo por si está soñando. Cuando se calma y se enjuga las lágrimas no puedo evitar la pregunta:


¿Qué está pasando?, que los hijos están solos, que hay que estar más con ellos y que la gran revolución educativa pasa por cada república independiente de nuestra casa, aunque para ello haya que dejar de ganar algo de dinero o tener menos. Puedo asegurar que compensa. Así lo dice la mayoría de los psicólogos infantiles, que detestan la figura del "padre colega", una sombra inquietante que acompaña a los niños de la llave los fines de semana y que no está dispuesta a regañar a su prole, para dos tardes que tiene que aguantar en casa con los suyos.


Esa mala conciencia nos hace sacar la cara por ellos hasta cuando un juez ordena una pena irrisoria contra los menores que pusieron Pozuelo de Alarcón patas arriba en las fiestas patronales. ¿Qué hacían chavales de quince años vagando hasta las seis de la mañana por las calles de ese pueblo y enfrentándose a la policía?. Pasar la noche más divertida de su vida, decía uno de ellos a un periódico. Total, si suspende, no repite curso ni puede ser expulsado por Ley; si le condena un juez, como mucho le deja sin salir de fiesta un par de días y si le llevan a comisaria... como se entere su padre, van a saber con quien se las gasta la poli: con su mejor colega.



viernes, 4 de septiembre de 2009

SEPTIEMBRE VIVO



Me gusta septiembre. Y me gusta porque quiero que me guste. Porque estamos acostumbrados a creer que la rutina, el trabajo, los colegios y todo lo demás es más de lo mismo. Porque tenemos la mala costumbre de pensar que nuestra vida sigue siendo igual de dura, aunque así sea. Pues no lo es. Nuestra vida es vida y sólo la echamos en falta cuando está en peligro o peligra alguno de sus pilares básicos.


A todos a los que la vida nos trata igual que siempre, enhorabuena. Es el momento de disfrutar de una nueva temporada de oportunidad, de cambio, de futuro por delante. Sólo aquellas personas que de verdad lo están pasando mal fisica o psicológicamente pueden quejarse. Los demás debemos de pensar en positivo y ayudar a los que no tienen la misma suerte. ¿Recordáis el artículo "Un gran problema"?, pues eso.


Tenemos mucha crisis, mucho paro, mucha gripe A, B o la que toque, si. Pero para los que aún siguen con trabajo, con buena salud y con personas a las que querer alrededor, es decir, la mayoria, no es hora de quejarse. Es hora de poner buena cara a los primeros vientos de otoño y disfrutar como niños, tirando piedras al agua de las primeras lluvias.


Quizá sea éste un texto escrito para la autoayuda, para escuchar y leer lo que debemos sentir y no lo que nuestra mente quiere pensar. Pero es que hay veces que es mejor sobreponerse a como somos y luchar por cómo deberíamos de ser. Es cierto que tenemos motivos para la tristeza y el desengaño, que cambiaríamos muchas cosas de nuestra vida en este arranque de curso, pero és más cierto que valoramos más lo que no tenemos.


Y ahí es donde caemos en la trampa vital. Siempre comparándonos con lo que vemos porque nos educaron para estar a la altura de los tiempos que corren, para tener todo lo que circula, el mejor trabajo, la mejor casa, la pantalla plana y el coche más grande o el video juego más interesante. Y todo para seguir agobiados pensando que mañana llegará otro reto y no podremos asumirlo porque aún estamos pagando a plazos el que nos vendieron ayer.


Mi reto es escribir un poco cada semana para saber cómo me siento, cómo mantener el equilibrio y que podáis compartir en estas líneas, conmigo o sin mí, el dulce sabor de estar vivos cada día. Feliz otoño, feliz vida. Gracias por vuestros comentarios. Todos me enseñan; de todos aprendo.

lunes, 29 de junio de 2009

VERANO VERANO



Llega el verano. Como cada año, más atractivo en su preludio que en su desarrollo. Se abre de nuevo una de esas páginas especiales del curso, como la del 1 de enero, la del primer día de Semana Santa o la de la vuelta al cole. Cada una a su estilo, esas páginas especiales nos invitan por un momento a pensar en lo que hemos hecho y en lo que tenemos por delante.


He pensado en renunciar a los buenos propósitos que pocas veces se cumplen si van precedidos de ceremoniosas promesas. Quizá sea mejor tener sólo uno: mantener el equilibrio. Todo es cuestión de equilibrio y sin duda es el más genérico y difícil de los ejercicios.


En un año de crisis perdurable en el tiempo, será complicado hablar de equilibrio, pero sólo si no renunciamos al modelo establecido hasta ahora. A lo mejor tenemos que cambiar hábitos, costumbres y modos de pensar, pero merecerá la pena si mantenemos el equilibrio. Como cada año, el verano tendrá dos partes:
El verano laboral en el que seguimos trabajando, llenos de optimismo porque llegan las vacaciones, tensiones de cierre de temporada y ciertas licencias erótico-festivas que parecen permitirse incluso con las y los compañeros de trabajo. Aunque es mentira, nos sentimos más jóvenes, bien conservados y hasta capaces de cumplir con éxito una aventura nocturna con el o la de administración que se quedó hasta el final en la copa del 30 de junio.
Y el verano-verano, el de verdad, el oficial, lleno de buenas perspectivas, maletas, billetes, niños, novias, abuelas y demás parientes que pueden acabar antes de tiempo con las ganas de que las vacaciones duren lo que duran. Ese verano en el que descubrimos tal vez que ya no queremos a nuestro cónyuge o que no soportamos más nuestro trabajo, o que simplemente no nos gusta la vida que llevamos. Quizá nada de eso sea cierto, sino que todo está envuelto en el mismo desequilibrio.


¿Y si este verano renunciamos al estrés habitual, a la necesidad de irnos muy lejos, mucho tiempo y con muchos trastos en la cabeza y en el coche?, ¿Y si este verano, nos dedicamos a conocernos mejor, a leer más libros y a apagar la televisión y el wi-fi?, ¿y si este verano charlamos más con los que más queremos y nos vamos con ellos a ver esos lugares donde se relaja el alma?. Seguro que gastamos menos, estamos más tranquilos y recuperamos la energía que consumimos inútilmente.


No es cuestión de hacer propósito de enmienda, sólo se trata de querer vivir con lo necesario y eludir lo accesorio. ¿Nunca os preguntáis si será verdad eso de que seríamos más felices si viviéramos realmente con lo justo?, ¿será verdad?, ¿estará ahí el equilibrio?, ¿no será que nuestro equilibrio personal es la ruina de "los" desequilibrados?, ¿porqué me hago hoy tantas preguntas?, quizá esté necesitando respuestas; demasiadas respuestas.
Este verano, caminaré más, leeré libros interesantes, cuidaré mis comidas para cuidar mi cuerpo y dejaré de hacer las listas llenas de cosas que al final no voy a utilizar. Este verano tomaré cada día un poco de equilibrio, bien frío, gracias.

viernes, 5 de junio de 2009

OBAMA ALEKUM



Nunca he sido partidario de reírme del proyecto de la Alianza de Civilizaciones que promueve el presidente español. Tampoco creo que a corto plazo tenga una incidencia real en las relaciones internacionales entre las dos mitades en que parece haberse troceado el mundo. Aquí, en España, la clase política se mofa de lo pomposa y por ahora imposible que parece dicha Alianza. Pero creo que se llame como se llame el camino, los pueblos están condenados a entenderse y si no, están condenados, a secas. O sea que, aunque hoy por hoy sólo es un brindis al sol, alabo la iniciativa de Zapatero.

Hace un par de días, su Secretaria de Organización en el partido, Leire Pajín, fue duramente criticada por su escasa fortuna dialéctica al anunciar el acontecimiento planetario que tendrá lugar dentro de poco cuando Zapatero presida "medio mundo" (la UE, durante seis meses) y Obama el otro medio, al otro lado del Atlántico, una conjunción poco menos que astral que será trascendental para los seres humanos. La carcajada por la forma en que lo dijo (sonaba a acontecimiento intergaláctico) fue general, incluso en las filas socialistas. Pero al día siguiente ocurrió algo inesperado.

El propio Obama, casualidad tiene la vida, cuando los dos mundos le escuchaban, incluídos los que aún se secaban las lágrimas de la risa, va y defiende el entendimiento entre las culturas como objetivo final y pone de ejemplo Al Andalus y Cordóba (con acento en la segunda "o"), en un claro guiño a una España que siempre ha sido una mezcla de todo. ¿No anda tan despistado Zapatero? Tiene seis meses de oro para que Obama se fije en él y creo que eso pone nerviosos a muchos.

La presencia de Obama en El Cairo y su discurso parece haber sacudido los cimientos más profundos del Islam y del pueblo judío, que empieza a ver en el Presidente a un tipo sospechoso que quizá les baje del carro de los eternos ofendidos.

Por su lado, el mundo musulmán (a excepción de los adeptos a la mal llamada "guerra santa") levantan las cejas como dando un pequeño margen de confianza a quien se ha atrevido por fin a decir que las situación de los palestinos es "intolerable". Y esta vez la palabra parece tener algo de contenido. ¿Se acabó la supremacia del Lobby judío en Estados Unidos?

Aún es pronto para hablar de eso, pero de momento ha sonado muy cierto, como todo lo que dice Obama con ese giro de cabeza que practica de un lado a otro del auditorio y esa pausa propia de quien quiere que se tome en serio lo que acaba de decir, antes de seguir hablando.

Hasta los más escépticos de un lado y otro de las ideologías del mundo, en su fuero interno, están alerta porque parece que este tipo va a por todas y está dispuesto a poner en evidencia a quienes quieren que todo cambie para que todo siga como está. Salam Alekum, Obama. Si sólo eres un sueño que dure mil y una noches.

martes, 12 de mayo de 2009

EL SILENCIO DE LOS BILDERBERG



Una de las “no noticias” más importantes del año se está produciendo esta semana en Grecia, en algún lugar apartado del Mediterráneo, mientras el mundo entero se preocupa por la gripe A y la crisis económica global más terrible del siglo:

El Club Bilderberg se reúne en secreto, como desde hace cincuenta años. Supongo que muchos de vosotros no sabréis de qué hablo. Bien, bastará con decir que este Club está formado por el grupo de personalidades del mundo de la política, la economía, los negocios, las monarquías europeas y la comunicación, más influyente del planeta.

Para muchos investigadores de este selecto Club, como Alex Jones director del documental "El final del Juego", Pilar Urbano, periodista y escritora de prestigio, experta en sociedades secretas o Daniel Estulin, quizá el autor más reconocido mundialmente por su obra “El Club Bilderberg”, este grupo de invitados que acuden anualmente a su cita secreta hacen mucho más que hablar de la vida a la hora del té.

Los que han podido acceder a sus actas secretas confirman que en realidad es un gran "gobierno" mundial en la sombra que actúa quitando y poniendo presidentes, hermanando o enfrentando países a su conveniencia. Y todo con un objetivo único: ser una elite que provoque un nuevo orden mundial: The New World Order, frase favorita de los presidentes Bush, padre e hijo.

Patrocinados principalmente por personajes como David Rockefeller ex presidente del Chase Manhattan o la familia Rothschild, los miembros del Club buscan cada año en primavera su lugar en el mundo para, oficiosamente, analizar la situación social, política y económica internacional. Sobre el papel, es una reunión de amigos y gente influyente que “pone en común” sus impresiones, cada uno desde su privilegiada perspectiva.

En realidad sus miembros invitados, algunos históricos, como Henry Kissinger, y otros en activo, como Jean Claude Trichet, actual Presidente del Banco Central Europeo deciden, y mucho, lo que va a pasar, cuándo va a pasar y a quién le va a pasar.
En ediciones anteriores los Bilderberg han "analizado" cuestiones tan relevantes como cuándo comenzar la guerra de Irak, por qué subir el petróleo para ahogar a China que no tiene yacimientos o cómo mantener la crisis en el África que produce Coltán para la telefonía móvil.

No, no soy un creyente más de las teorías de la Conspiración, ese término acuñado por los propios conspiradores para que nadie crea en ellos. Simplemente os invito a pensar un poco, a estudiar y analizar a fondo todo lo relacionado con El Club Bilderberg, que debe su nombre al Hotel donde tuvo lugar la primera reunión en los años cincuenta, auspiciada por el Príncipe Bernardo de Holanda.

Esta semana Rockefeller y compañía ( en otras ediciones han sido invitados personajes de la política y la economía española, como Juan Luís Cebrián del Grupo PRISA, Joaquín Almunia Comisario europeo del PSOE, o Matías Rodríguez Inciarte Vicepresidente del Banco de Santander y mano derecha de Emilio Botín) jugaran una vez más a ser los amos del mundo. Un juego basado en el silencio de los lobos con piel de cordero. Recordemos "1984" .

Para saber más:

Daniel Estulin “La historia de definitiva de El Club Bilderberg” 2008 Edit. Planeta
“Endgame” Documental de Alex Jones (buscador de Google)
“Zeitgeist” Documental de Peter Joseph (buscador de google)

miércoles, 6 de mayo de 2009

ENTREVISTA "A PALO SECO": PEP BONET, SLUMDOG JOURNALIST






Ganador de uno de los premios World Press Photo de este año, galardón que repite por segunda vez, además de un sinfín de reconocimientos que me ahorro para no abrumar a los lectores, Pep es un auténtico slumdog journalist, un sabueso que se mueve a gusto en el entorno humano más deprimido.

La mirada de Pep Bonet es limpia, sincera, aunque menos descarnada que el objetivo de su cámara: Sierra Leona, Darfur, Congo, Etiopia, Zambia, Angola, Kenya, Sudáfrica...Pep es con toda probabilidad el fotoperiodista español más reconocido del momento, sobre todo fuera de España.

Durante siete años, Pep Bonet ha recorrido varios países subsaharianos apoyando con imágenes la impagable labor de Médicos sin Fronteras para luchar contra el SIDA, fruto de los cuales ha publicado trabajos en New York Times, Sunday Times, Newsweek, EL PAIS, El Mundo o La Vanguardia, entre otros.

P: ¿Lo peor de la crisis es que no habrá más dinero para los más pobres?

Probablemente sí haya menos. Yo creo que el problema de los pobres está en la concienciación de la gente, que tiene que cambiar y mejorar la ayuda humanitaria en países pobres. Supongo que la crisis debe de tener su lado positivo. Es probable que el desequilibrio entre países pobres y ricos sea menos evidente, aunque siempre sufren más quienes menos tienen.

La verdad es que , yo no sé si es la crisis, pero cada día es más complicado publicar un reportaje en una revista, y sobre todo mis reportajes, que parecen no cuadrar muy bien con los contenidos de hoy en día en la prensa. Vende más el Magazine de "beautiful people", el famoseo, y el espíritu de "compra, gasta y serás feliz…". ¡Qué bonito!, pero sin embargo, se valora muy poco el esfuerzo de los que nos arriesgamos y nos metemos de lleno en historias importantes que alguien tiene que contar.

P: Tienes ante tí a un niño travesti vistiéndose para salir a trabajar a la calle, ¿qué buscas en la fotografía que vas a hacer en ese instante?
Busco contar una historia de manera emocional, poética, digna y acertar además con la estética adecuada. El fotoperiodismo que yo intento hacer tiene grandes dosis de creatividad y normalmente con contenidos oscuros. Hay está la magia de la imagen.

P: ¿Pensabas realmente que la imagen de un asunto tan desgarrador iba a ser ganador de un World Press Photo 2009?

Nunca pienso en si me va a "tocar" un premio o no, pero, sin duda, estoy muy orgulloso de haber ganado otro World Press Photo, ya que ahora sí, finalmente, la gente podrá tener acceso a esta historia de los niños travestidos que se prostituyen, nunca publicada todavía. World Press Photo tiene un poder muy grande de comunicación, con las exposiciones alrededor del mundo y el libro que publican, que cada año llega a mucha gente.

P: ¿Qué se queda en la retina después de escuchar a un niño travesti decir que "se siente viejo de lo mucho que ha vivido"?

Pues una cierta tristeza, y una lágrima que muchas veces no quiere salir. Siento que el mundo está desequilibrado y que a mucha gente le ha tocado vivir cosas muy duras y a otros nos ha tocado contarlas. De todas maneras nunca cambiaría mi tabajo por nada del mundo. A través de la fotografía he aprendido tantas cosas y he vivido tanto que me asusta que un día tenga que vivir sin estas experiencias a mi alrededor.

P:¿Cómo reacciona un africano cuando accede a hacerse la prueba del SIDA y da positivo, sabe realmente lo que le espera?

No, no lo sabe pero se lo imagina, es como un instinto que tenemos dentro. Las malas noticias se intuyen…Antes en África la noticia de ser VIH + era sentencia de muerte, le podías decir: vete a casa y espera a que la muerte te lleve. Por suerte esto ha cambiado. El acceso al tratamiento antirretroviral, a la información, a la sensibilizacion, el uso del preservativo, etc, ha hecho que sea una enfermedad mucho más llevadera.

Aunque en África y en muchos países del mundo el gran problema sigue siendo la discriminación y el estigma que lleva asociado el SIDA. Ahora con el tratamiento ARV que ya se distribuye en muchos países y con los costes reducidos gracias a los medicamentos genéricos, se están salvando muchas vidas.

P:África se va muriendo poco a poco, pero sus recursos siguen intactos ¿no será ése el objetivo final que persiguen las economías más desarrolladas?

Prefiero no pensar mucho en lo que realmente está pasando. No lo sé… al final, mi interés es muchas veces fotográfico y no tanto periodístico, debo centrarme en sacar adelante mi trabajo, transmitir con las imágenes lo que otros transmiten con la palabra. Aunque es imposible no enterarse de lo que pasa después de viajar tantos años a África.
Siempre he creído que para luchar contra este desequilibrio en el mundo mi trabajo aporta un granito de arena, no porque cambie las cosas pero sí porque las da a conocer, lo que ya es un gran paso. Mi misión es esa: enseñar una realidad que existe y las fotografías en algunas ocasiones pueden cambiar opiniones, actitudes.

Yo podría estar haciendo publicidad, fotografiar a maniquís y tías buenas para las revistas, coches de lujo, etc…y ganar más dinero, correr menos riesgos, bueno menos, muchísimos menos.Pero prefiero dar voz a los que no tienen la posibilidad de vivir una vida digna.

P: ¿Estás tan acostumbrado a la muerte como tu cámara?

Pues no, la verdad, aunque he visto algunas muertes, ya las veo como parte de la vida, un ciclo que se completa. Lo que más me duele y me frustra mas por dentro es la injusticia, sin duda.

P: ¿Qué hay detrás de una imagen ganadora del World Press Photo?

Normalmente un buena foto con una historia que contar. La mayoría de las veces hay una experiencia vivida y contada con pasión por el medio fotográfico. Yo entiendo la fotografía como una manera de vivir emociones y trasmitirlas y creo que eso es fundamental en una buena foto. En WPP tambien tiene mucha importancia la actualidad del tema.
P: Niños drogadictos explotados sexualmente, enfermos de VIH que se mueren por no tener un puñado de retrovirales, suburbios enteros que desaparecen por el hambre y las infecciones, ¿crees que el objetivo de tu cámara ya lo ha visto todo?

No creo haberlo visto todo, pero sí parte de lo más duro. Ahora sé que el trabajo que hago me curte, me da vida y hace que me sienta útil. A veces me pregunto quién y cómo sería yo si no me hubiese rescatado una profesión tan bonita como la fotografía.

Para conocer a fondo el trabajo de Pep Bonet: http://www.pepbonet.com/

miércoles, 8 de abril de 2009

¿QUIÉN DIJO MIEDO, CUANDO TENÍA QUE HABER DICHO PÁNICO?


Hace ya más de tres años tuve ocasión de analizar con uno de los expertos en mercados financieros más preclaros de este país, Oscar López González, lo que podía llegar a pasar en 2009 si España y el mundo seguían por este camino. Sus palabras entonces me parecieron estremecedoras, con ese augurio indeseable del que quiere que, en el fondo, no se cumpla lo que dice.


Hoy recuerdo cada frase de ese análisis esclarecedor y por fin he conseguido traer a esta página su razón y su argumento. En aquél entonces, año 2006, de su boca salían palabras malditas para un economista y olvidadas por los políticos. Hoy las usamos con tanta familiaridad que asusta. Os invito a leer a nuestro invitado, alguien que sabe lo que dice y a quien podemos calificar de pesimista o de realista bien informado. Espero que no os deje indiferente:

"Describí hace años la situación de este país como muy preocupante, y que los españoles nos tendríamos que familiarizar con los términos “ deflación “ y “ estanflación “, lo primero ya lo tenemos encima. El IPC está en estos momentos en el -0,1 % y lo segundo estuvo a punto de ocurrir hace unos meses. Pero ha sido tan rápida la caída de la economía española que no ha dado tiempo a que se produzca. Menos mal ,ya que en términos económicos es lo peor que nos podría pasar ( crecimiento negativo con elevadas tasas de inflación).

Todavía nos queda mucho tiempo para ver lo peor de la crisis debido a que nuestra sociedad esta viviendo de prestado desde hace muchos años y con unos préstamos muy elevados. (casi la mitad de nosotros debemos más de lo que podremos devolver en toda nuestra vida).


Es difícil, por tanto, que las cosas mejoren a corto plazo e incluso que mejoren a medio plazo, ya que las deudas, a diferencia de otras inversiones, tienen nombre y apellidos y para el ciudadano de a pie no se perdonan. Será complicado que los emprendedores inviertan en nuevas ideas y en nuevos negocios. El que debe mucho tendrá bastante con poder sobrevivir. Mientras tanto el banco nos seguirá recordando a final de mes que le debemos la letra del piso, del coche, del préstamo personal para las vacaciones y la cuota de la visa.


Qué duda cabe que los bancos tienen su parte de culpa (muchos ya han desaparecido y muchos mas desaparecerán) pero la gente que se endeuda de esta manera tiene bastante más culpa por haber caído en la trampa de querer vivir mejor a cuenta del crédito y va a pagar por ello, seguramente más caro que lo que pagan a su vez los bancos. Ya se sabe, los débiles pagan más y más rápido.

Creo que después de que se limpie el sistema financiero y que todos paguemos por nuestras culpas, quedará una cosa buena de todo este desenfreno consumista: volveremos a tener una sociedad humilde, algo que hemos perdido en estos años de consumismo imparable. Ya lo dice el refranero popular “el dinero envilece“.


Volveremos a saludar a la gente en el ascensor, a compartir días de merienda en el campo con los vecinos y amigos, nuestros hijos sabrán valorar una “simple” pelota y volverán a jugar con sus amigos a las canicas y a la peonza, no habrá tantas familias que puedan irse un mes o quince días de vacaciones y otras se marcharán al pueblo a cultivar la tierra y el BMW o el Mercedes serán para la gente que de verdad pueda pagar un coche de esas características. Me temo que esta crisis nos pondrá a todos a nuestro nivel real que en una inmensa mayoría es mucho más bajo de lo que refleja su coche o su casa (por cierto, esos bienes no son nuestros, son del banco).

¿Y ahora qué?, todo el mundo se está mojando diciendo que la crisis acabará a finales del 2010 o primer trimestre del 2011. Yo también me mojaré. Es gratis, ¿no?. Mi experiencia en mercados financieros de los últimos años me obliga a decir lo que creo. Hemos crecido en los últimos ocho años lo que tendríamos haber crecido en quince, luego estaremos en esta situación tan mala unos siete años mas. Así es que no saldremos de este problema hasta finales del 2015. El primero que se alegrará de hacerse equivocado seré yo mismo."


Oscar López González es asesor de Mercados Financieros.

jueves, 2 de abril de 2009

LOS PENITENTES DE SAN LÁZARO (Fotos, Pep Bonet)











Se acercan tiempos de penitencia para los cristianos. La crisis actual es suficiente penitencia pero he querido mostraros el lado más duro de los que están dispuestos a sufrir con tal de redimirse. Otra forma de ver la vida, sin duda; más visceral, más básica, pero también más auténtica.

El fotógrafo Pep Bonet y yo acabamos de publicar en la revista GEO un reportaje sobre los Penitentes de San Lázaro en Cuba, traducido al alemán para la ocasión e inédita en España. Os invito a leer esta historia a ras de suelo, cuyas imágenes se exponen, por cierto, en la Casa de América de Madrid desde la pasada semana.

"Ibrahin y Omar descansan tirados en el suelo. Hace días que se arrastran. El mundo se ve de otra manera desde ahí abajo. Todo parece más grande, desproporcionado. Todo menos su propio cuerpo, que empieza a semejarse al de un cadáver. Debajo de sus camisas y pantalones hechos con tela de saco se asoma la piel desollada y pálida. Bajo sus pies desnudos, abrasados por la tierra y el asfalto queda la huella de la sangre, permanente desde que salieron el 10 de diciembre del parque central de la Habana.

Ibrahin está contento porque esta mañana sus tobillos han dejado de sangrar, envueltos en un emplaste de carne y soga de esparto. Al final de la cadena, atada a sus pies, su muleta y varias piedras oscuras de muchos kilos de peso que arrastran durante millas. Ibrahin y Omar son dos almas en pena, dos penitentes cuya vida han entregado al santo que todo lo cura. San Lázaro es para ellos algo más que una imagen y lo que hacen es más que una promesa para redimirse, es casi lo único que les importa.

Como un reptil en el desierto, Josmari, otro penitente, se desliza hacia mí. Cumple su cuarto año de penitencia. Es de los que se atan hasta cuatro piedras en los pies y se arrastran durante días hasta la ermita de El Rincón a pocas millas de La Habana vieja. Con sus ojeras huesudas y su olor a miseria y orín, su tez ennegrecida parece tallada por un maestro de la imaginería. Ni el mismo Salzillo hubiera modelado así llagas semejantes en los codos y rodillas. Todo sea para pagar el favor que San Lázaro le hizo o le va a hacer.

Arrastrarse y sufrir la tortura bajo el sol arrogante de Cuba se ha convertido en una forma de vida para todos ellos. Mañana es el día del Santo y aún deben reptar por el suelo muchas horas para llegar a tiempo hasta el santuario.

-Ahorita ya estamos llegando y por eso cada vez hay más gente. Esto se está poniendo difícil hasta para orinar. Yo prometí no levantarme del suelo hasta que llegue a El Rincón y hacer mis cosas desde aquí abajo es más duro de lo que parece... Ya casi no hay sitio en la calle y la policía no nos deja pedir limosna. ¡Salud!- susurra Omar, mientras agradece con la mirada la moneda que cae en su caja de madera.

Ana es menuda y oscura como el ron añejo. Se pasa toda la semana pidiendo dinero para el santuario aunque ella y su marido se quedan el dinero que recogen porque las cosas están difíciles. Los billetes grandes se van para el bolsillo y las monedas a veces también. Pero Ana cumple su promesa desde que el santo salvó a su hijito que también llama Lázaro, y es lo que más quiere de este mundo. En voz baja me pregunta si me quiero llevar a Lazarito a España.

Bartolomé pide en una esquina cercana a la iglesia de El Rincón, encajado en su silla de ruedas. En otra descansa Dolores; hace años se cayó del tren y un vagón atropelló su pierna izquierda. Aunque el gobierno cubano se hizo cargo de la operación ahora no tiene otro remedio que pedir limosna y dormir en la estación de tren de Santiago de la Vega.

Aldo, el taxista aparcado en la acera, escucha los lamentos del penitente que se arrastra y añade su opinión sobre el Santo. Dejó de creer en esas patrañas hasta que un año se olvidó de su promesa y al día siguiente se salvó por poco de un accidente en la autopista que va a Pinar del Río. Su viejo Lada ruso se calentó y comenzó a arder. Por suerte Aldo logró salvarse y desde entonces practica el culto a San Lázaro con tabaco, ron y otras ofrendas envueltas en la llama de las velas de medianoche. San Lázaro a veces puede ser muy vengativo.

La noche del Santo, cuando todos los penitentes llegan a sus pies, viene precedida de muchas otras vigilias de misterio e invocación de espíritus. Los cubanos creyentes que se arrastran por esta calle mezclan el martirio de la religión católica con la santería, tolerada aunque no admitida por el gobierno de Castro.

-Religión es lógica y no fanatismo-, dice Mariano, un vecino de Prado, que vive en la Habana vieja con su mujer, su madre y una hija de cuatro años. –Cuando era niño ya me ponía en trance, con los ojos en blanco y temblando. Mi mamá me llevaba al hospital pero era inútil. Poco a poco me di cuenta de mi capacidad como santero-. Mariano, vestido con túnica de lino blanco inmaculado, sólo me saluda tocando su puño ligeramente con el mío. Así evita pasarme los malos espíritus contra los que él puede luchar, pero no yo.

Al anochecer prepara con sumo cuidado la ceremonia para invocar a San Lázaro. Dentro del armario de la sala aparecen huesos, cráneos de animales, cascaras de huevos y restos de sangre de sacrificios anteriores. Esa noche no fue el único que entró en trance. Su mujer Victoria invocó a su abuela y al poco comenzó a hablar como si la vieja actuara desde dentro. De la boca de Mariano sale la letanía africana en honor de Babalú Ayé, la deidad a la que se identifica con el propio San Lázaro. Cuando el espíritu “baja” el que inicia la danza adopta la actitud de un anciano leproso que camina apoyado en bastones. El hijo pequeño de Mariano se tapa las orejas para no oír, muerto de miedo.

babalú Ayé ogo ro nigan iba eloni...

La génesis del culto a Babalú Ayé o San Lázaro nace de la devoción de los blancos europeos y los negros esclavos. El dios africano y el amigo de Cristo que se levantó y resucitó, Lázaro de Betania, se mezclan para dar forma al santo venerado en la iglesia de El Rincón, antigua capilla del leprosorio y centro de peregrinación más importante de la isla.

A la mañana siguiente, en la calle que nos lleva hasta El Rincón Ibrahin asiente pero sin fuerzas para sonreír a los que le animan. La cadena de hierro le aprieta abrasa su tobillo sangrante. El ruido de la piedra rayando el asfalto del camino hace daño sólo con oírlo. No quiero imaginar el dolor que acompaña a cada penitente. Casi no han comido nada en la última semana. Un poco de pan y algo de agua. La gente le canta tonadas de ánimo y salvación. Al paso del tren por la estación de El Rincón una lluvia de monedas cae sobre sus manos como agua en el desierto.

A Josmari sólo le queda un año más de penitencia por la gracia que le concedió San Lázaro. Nadie lo sabe, es su secreto mejor guardado. Otros como Ibrahin no ocultan su razón. Empezó con una piedra el primer año de penitencia y el próximo será el último. Ha prometido que llevará cinco bloques.

Danilo, otro penitente no pierde la ocasión: -Yo perdí este ojo feo por culpa del fútbol. Ahora no creo que pueda jugar nunca más. Ni el mismísimo Fidel podría convencerme. Ustedes de la prensa están demasiado pendientes de que él se muera algún día, pero casi nadie se preocupa de nosotros, los que nos morimos poco a poco. Al otro lado de la calzada los vendedores no pierden el tiempo. Estampitas del Santo, librillos con plegarias para Babalú Ayé, flores, velas blancas y moradas y bebidas o pan con lechón; todo preparado para aprovechar una de las mejores noches del año.

Los penitentes llegan por fin a los pies de San Lázaro donde se suceden las misas y las ofrendas. Lo primero es beber y recuperar fuerzas en la fuente del santuario, que con el tiempo y la tradición ya es milagrosa. La puerta del Santuario Nacional de San Lázaro se abre bajo sus tres campanas. Hasta aquí llegó el propio Juan Pablo II el 24 de enero del 98. El papa viajero no quiso olvidar el saludo a los leprosos y enfermos de SIDA de la pequeña aldea.

Hoy, como aquel día de invierno, la entrada a la ermita es un caos de penitentes, feligreses y curiosos envueltos en pañuelos con la imagen de Babalú Ayé, San Lázaro o como quiera llamarlo cada uno. El Santo aparece adornado con el traje de Yute, la escobilla para defenderse de los insectos y barrer enfermedades y la vasija donde se recogen sus fundamentos. Unos metros más allá se enjuga las lágrimas Ibrahim. Omar me sonríe levantando las cejas y secándose la saliva empastada en los labios.

Una docena de muletas cae con estrépito al paso de Dolores y su única pierna en silla de ruedas. Anita termina su plegaria e insiste en que me lleve a su pequeño Lazarito a España. Bajo el Santo cae otra lluvia de monedas. Pero el más jaleado es Josmari. Los ocho adoquines de pura roca atados a sus pies han acabado con sus fuerzas pero ha vuelto a cumplir como cada año. De rodillas, guarda con orgullo el secreto de su penitencia. Sobre su altar, San Lázaro sigue ajeno al espectáculo."
Para conocer a fondo el trabajo de Pep Bonet: www.pepbonet.com

viernes, 27 de marzo de 2009

EL BECARIO SMS

Llega la primavera. Con sus alergias, su olor a vacaciones, sus fríos, sus calores, su crisis insondable, su diarrea de despidos y a pesar de todo, con sus procesos de selección de becarios para trabajar este verano en las empresas que aún no han echado el cierre.

Quizá esta figura laboral insegura, poco preparada por naturaleza, casi siempre inquietante y a veces desafiante, esté cada vez más presente en las plantillas de muchas compañías ya que las y los becarios son baratos que es lo que cuenta para la planta noble.



Tengo el honor de leer los currículos de muchos aspirantes que pretenden hacer prácticas. Chicos y chicas, todos ellos, con estudios secundarios o alguna diplomatura, como mínimo, a los que se les supone la habilidad de escribir un e-mail utilizando la lengua materna con la que han estudiado hasta la fecha.



No he podido resistirme. Hace unos días recibí un correo electrónico de uno de estos becarios. Omito todo dato que pueda ofrecer pistas sobre su identidad porque es lo de menos, pero transcribo textualmente cada palabra, cada letra, cada espacio, cada... en fin. Nuestro becario dice así:





"... Me pongo en cntacto con ustd, despues d nuestra conversacion telefonica, para ver si seria posible realizar mis practicasb de formación con ustedes,





Soy estudiante de 2º de la Escuela de Artes y la posibilidad de de poder formarme en su empresa, sería algo muy importante para mi y para mi formcaión,





No hago esto solo por tner una salda profesional si no porq es lo q me gusta y soy una persona decidida q lucho por lo q kiero cueste lo q me cueste.



Les ruego tengan en cuenta mi petción y les doy las gracias anticipadas por su atnción.Un saludo cordial..."



Después de descifrar este texto me planteo tantas cuestiones en mi cabeza que la tengo a punto de estallar. Aún no me he atrevido a leer el archivo con el curriculum que venía dentro de este e-mail. No he tenido valor y lejos de hacer escarnio de quien lo ha escrito, sigo perplejo. ¿Qué clase de formación estamos dando a nuestros estudiantes que son incapaces de confeccionar un pequeño texto en castellano solicitando trabajo en una empresa?



No, no vamos a escudarnos en que sea un caso aislado, que es el argumento socorrido de los que ante lo flagrante, niegan siempre la mayor. Y lo peor es que los profesores de secundaria, de los institutos, de la universidad, de los centros de estudios en general y de cualquier entorno académico con los que he consultado este caso me miran con ternura.



Todos coinciden en que estamos ante el pan nuestro de cada día, ante el resultado de la generación SMS, formada por chavales y no tan chavales, urbanos o rurales que escriben como hablan, que no leen, que no escuchan, que no redactan, que no tienen interiorizada la norma mínima del lenguaje que utilizan y que todas sus frases escritas o habladas empiezan por: "...la verdad que...", se les pregunte su nombre o el del pintor del cuadro que tienen delante.



En una idea, que no están preparados y que su única cualidad como posible becario o futuro trabajador sustituto de otro con experiencia es que es joven, maleable y "q lucha por lo q kiere cueste lo q cueste".

martes, 24 de marzo de 2009

EL CACHORRO HUMANO


He dudado mucho a la hora de escribir algo sobre el aborto. Porque hacerlo siempre supone tomar partido. Es tan difícil que incluso ofrecer argumentos para equilibrar la balanza ya supone una opinión neutral que molestará a quienes piensen de una forma o de otra. Pero éste es un blog libre y creado para expresarnos a pesar de que duela, al que escribe y al que comenta, si es que lo hacéis.


¿ Y si nos quitamos de encima el juicio previo que tenemos sobre la materia y nos acercamos a la esencia del problema? He intentado hacer este ejercicio y he descubierto que en cada uno de nosotros está la respuesta, como ocurre casi siempre, pero también que necesitamos un nuevo marco que nos regule. Para empezar, la gran mayoría de los abortos que se practican en España son la solución a un embarazo no deseado y no debido a circunstancias excepcionales: a que pongan en peligro la vida de la madre, a una violación o a una malformación grave del feto.


No tengo estadísticas actualizadas de lo que escribo pero afortunadamente hay un porcentaje pequeño de embarazos por violaciones, de partos en los que la madre está en peligro de muerte al parir y otro pequeño tanto de recién nacidos con malformaciones realmente graves. Es decir: los supuestos extremos para abortar son minoría, excepciones que confirman la regla.


A pesar de ello, existen. Y el Legislador, lo mismo que se ocupa de otros problemas sociales, debe contemplar qué hacer en esos casos, porque al menos la madre debe tener derecho a decidir si tener un hijo después de ser violada, o si está dispuesta a morir en el parto, por ejemplo. Yo nunca seré madre pero al menos, me gustaría poder tomar esa decisión extrema y no ir a la cárcel por lo que decida.


Pero quitándonos por unos minutos los "pre-juicios" de la cabeza, seamos sinceros todos y todas. Hay debates que no se sostienen más que por un interés partidario. Sabemos perfectamente que un embrión fecundado es lo que es: un futuro ser humano. Y sólo si estamos dispuestos a abortar nos forzamos a negarlo cuando basta con dejar pasar nueve meses para saber que en efecto así será. Lo mismo ocurre con cualquier semilla fecundada en la naturaleza.


Que no queramos o no nos sintamos capaces de tener a ese hijo es otra cosa, discutible y respetable. ¿Nos plantearíamos esa duda si lleváramos tiempo queriendo tener un hijo y por fin lo concebimos?. No. Estaríamos muy contentos por fin de habernos quedado "embarazadas"; estaríamos buscando nombre y una cuna a juego con el color de la pared y no dudando de si ese feto es o no como nosotros. Luego aceptemos con todas sus consecuencias que si abortamos estamos interrumpiendo la llegada de un futuro ser humano. Y esto tampoco es una opinión.


El problema es que no todos somos iguales, ni tenemos la misma condición de vida. "Yo soy yo y mi circunstancia", decía Ortega y Gasset y por eso el aborto debe regularse. Porque es un problema personal que cada uno debe solucionar con su conciencia y después ajustarse a la ley, pero eso tampoco tiene nada que ver con la religión, así es que, por favor, que nadie nos de lecciones de naturaleza ni compare una cría de lince con un "cachorro humano", como diría R. Kipling en el Libro de la Selva.


Un feto es lo que es, una nueva vida preparándose para nacer, pero no podemos evitar que la madre decida sobre él, porque al final, hará lo que quiera y si está desesperada, lo hará en las peores circunstancias y demasiado tarde, que es lo que pasa ahora.


Hay algo en la nueva ley que se prepara que me ha hecho pensar mucho: en caso de malformaciones en el feto sólo se podrá abortar si dichas malformaciones suponen la inviabilidad del feto. En este punto, reconozco que no me gustaría estar en el papel de la madre. Me preguntaría cosas como ¿hasta qué punto estará mal formado, podría ser feliz a pesar de todo, tengo derecho a darle una vida tan desgraciada?, ¿y a quitársela antes de que nazca?, pero me lo preguntaría yo, otros quizá no. Por eso debe haber una ley que lo regule. Para esos casos minoritarios la futura ley preve la posibilidad de interrumpir el embarazo hasta la semana 22.


Ahora llega la hora de la verdad: abortar porque nos da pereza cambiar de vida, porque supone muchas responsabilidades, porque nos viene mal, porque acabamos de encontrar un trabajo, porque nos echaran de él si seguimos adelante, porque queremos seguir viviendo cómodos, o no nos vemos con fuerzas o recursos suficientes para tener un futuro hijo cuyo embrión se ha fecundado... Para todos esos casos mayoritarios la futura ley propone el aborto libre hasta la semana 14. Habrá un límite de plazo para eliminar ese embrión y no permitir que crezca y sea cada vez más humano.

Puede que no sea, en efecto, la mejor solución, pero sin duda pondrá coto a todos esos supuestos psicológicos que en muchos casos son excusas para no afrontar un embarazo no deseado (seamos sinceros, que ahora nadie nos ve): somos hijos de una sociedad moderna, que nos ha educado en un patrón basado en el éxito personal, en la cultura de la satisfacción inmediata, (lo quiero y lo quiero ya), todo eso no cuadra mucho con aceptar de golpe un embarazo inesperado que supone entrega, sacrificio, generosidad y un freno a nuestra proyección personal.


Por eso la educación sexual es básica y por ahí pueden reducirse muchísimo los embarazos no deseados. Tener relaciones sexuales no es un juego de niños es un juego de adultos con consecuencias serias cuya solución no debería ser el aborto o la píldora del día después, tan dañina si se abusa de ella. Hay medios para evitarlo y ahí las mujeres deben ser las primeras en salvaguardarse, porque el embarazo lo sufren ellas, no nosotros. Hay muchas maneras de evitar un embarazo...y un aborto.

Ya veis, qué más da la opinión sobre el aborto. A veces, confundimos nuestra opinión con la necesidad real de regular un problema. La sociedad no tiene conciencia, la tenemos los individuos. Y si los individuos decidimos tener hijos, no estaría de más hablarles de este asunto poco a poco para que sepan lo importante que es traer al mundo a un cachorro humano.

viernes, 13 de marzo de 2009

11-M: CINCO AÑOS NO ES NADA



Hace cinco años, el 11 de marzo de 2004, muy de mañana, salté de la unidad móvil casi en marcha rumbo a los andenes de la estación de Atocha. El SAMUR me había llamado pocos minutos antes para decirme que había ocurrido algo "muy gordo", pero que no me podía dar detalles. Salí como el rayo de la redacción de la cadena de radio Onda Cero, no por lo de las explosiones, sino por el tono de voz del portavoz municipal.
Conozco a esos tipos de las ambulancias y no se desencajan a la primera. Dejé al técnico de la móvil montando la antena y no volví a verle hasta las tres de la tarde. Una grabadora de casette, y un teléfono móvil con dos baterias me bastaban para entrar en directo y contar la peor noticia de mi vida. Al final de aquél día me prometí no volver a saltarme un precinto policial jamás, aunque no sé si hoy mantendría esa promesa.
Han pasado cinco años, y la memoria sigue borrando los peores detalles, pero aún conservo en la retina aquél ejército de heridos aturdidos y desplomados que se morían a un lado y a otro de la vía. Los servicios de bomberos, policía y personal sanitario hacían lo que podían y yo estaba allí, en un escenario de guerra, con mi grabadora "on the record" y mi teléfono móvil, en directo para "Protagonistas" de Luís del Olmo, como un personaje fuera de lugar, en la película equivocada.
Mi voz sonaba en pleno silencio, tan nítida que me sobrecogía escucharla, mientras narraba lo que veía sobre las vías del tren junto a la calle Téllez. Era el ruido sordo que queda después del holocausto, donde el humo, el olor a quemado, los lamentos y la sangre no podían describirse en una frase coherente, por mucho oficio que hubiera tenido. Sólo los móviles de quienes ya no vivían y que sonaban sin parar se encargaban de despertarme de la peor pesadilla.
Cinco años después, me quedo con los vecinos tirando mantas, almohadas y botellas de agua desde los balcones, me quedo con la actuación acelerada de los bomberos para sacar a la gente de los trenes y con el record mundial de salvamento de vidas que los miembros del SAMUR realizaron aquella mañana. Reanimaban cuerpos en cuestión de segundos y cuando un viajero daba señales de vida, a la ambulancia y a por otro, como si estuvieran en un campeonato del Guiness. Aquellos tipos de amarillo eran ángeles humanos que no tuvieron tiempo ni de ponerse las alas para trabajar. Les quiero, aunque no me salvaron a mí, les quiero.
Después, llegaron las primeras pistas y la sombra de los aviones del 11-S sobre nuestra memoria. ¿Aquí, en Madrid, sería posible?Luego aparecieron los políticos, las declaraciones, y todo eso que, a mediodía, me devolvió al planeta tierra. Salí de la zona cero triste, abatido, invadido de caras de dolor y de otras que ya no sufrían porque no las veía, tapadas con mantas de aluminio. Llegué a la redacción hundido, sabiendo que aquello me marcaría para siempre. Cinco años no es nada. Los días han pasado deprisa sobre todo para quienes el tiempo ya no cuenta.

martes, 10 de marzo de 2009

HASTA HOY, GARZÓN



En mi país hay un juez tan hiperactivo que ha sobrepasado la barrera del sonido, qué digo, la velocidad de la luz. Su nombre ha dado la vuelta al mundo occidental tantas veces, tan deprisa, como él nunca soñó.

Su nombre es Baltasar Garzón, azote de "narcos" legendarios como Laureano Oubiña, de ministros y viceministros socialistas por él encarcelados que pagaban a policías españoles con carnet de secuestradores, de banqueros corruptos de guante blanco, de asesinos a sueldo, de terroristas islámicos, de dictadores vivos o muertos de los que salen en las enciclopedias como Pinochet en Chile o Cavallo en Argentina. A Franco no lo pudo desenterrar, pero faltó poco.

No puedo olvidar las madrugadas que pasé cerca de él, junto al juzgado número 5 de la Audiencia Nacional cuando instruyó el caso GAL, sobre los culpables de la guerra sucia contra ETA. En aquellas noches, pasaba horas sentado en las frías escaleras de acceso a su despacho. La información goteaba por debajo de la puerta como el agua de una caldera vieja: inesperada, contaminada y tóxica. Sus diligencias se filtraban interesadamente, a unos periodistas sí a otros no. Todo dependía de su estrategia judicial, envuelta en un halo de misterio que nos volvía locos a todos los que alguna vez cubrimos noticias en la Audiencia.

Verle salir de su despacho para ir al lavabo levantando una ceja era motivo suficiente para saber que tal o cual imputado se iba en libertad o ingresaba en prisión. Y la llegada del motero de Telepizza a su juzgado a medianoche era lo peor: nos quedábamos a cenar hasta la madrugada. Sin duda, Pilar Urbano acertó cuando le llamó en su biografía autorizada "El hombre que veía amanecer".

-Podéis ir a cenar, que esto va para largo-, nos decía con su voz aguda y rota, seguramente, lo que menos le gusta de sí mismo.

Hasta hoy, era para muchos el juez total, capaz de citar al mismísimo Barack Obama si descubriera que un sólo céntimo de su campaña electoral no estaba justificado. Como el agente federal Elliot Ness contra Capone, como el fiscal Jim Garrison en el caso JFK, como su admirado juez Giovanni Falcone, asesinado por la mafia. Garzón iba camino de ser uno de ellos, un héroe de una pieza, insobornable, que hacía sentirnos tan poca cosa a los que alguna vez hemos hecho algo malo...
Pero el héroe ha caído. Porque el Supremo tiene probado que Garzón ocultó que ganó 203.000 dólares por diversas actividades docentes en el Centro Rey Juan Carlos I de España y en el Centro Derecho y Seguridad de la Universidad de Nueva York durante los 15 meses que estuvo de excedencia. Mientras, seguía cobrando el sueldo de juez. Dice que declaró ese dinero a Hacienda, pero nunca dijo a sus superiores que iba a ganarlo. Si lo hubiera hecho, no le habrían dejado irse. Ha cometido una falta «muy grave», a sabiendas, según la Ley del Poder Judicial.

La Ley, esa que se escribe con mayúsculas, también es para él y no parece haberse dado cuenta. Lo que ha ocurrido puede acabar con su carrera justo cuando quiere ser presidente de la Audiencia. Ya nada será como antes. Todos podíamos discutir sus métodos, su peculiar forma de instruir sumarios, pero seguíamos respetándole. Hasta hoy, Garzón. Ya no le miro con los mismos ojos. Ha cruzado la línea. Está entre nosotros, los que a veces somos malos.