Mi amigo Ridouan me lo decía:” los marroquíes no necesitamos la democracia como vosotros. Nosotros venimos de los Almorávides, nos entregamos a un líder político y religioso que nos lleve con mano dura. Es así.” Ridouan vivía hace veinticinco años en una chabola de Boadilla del Monte. Ahora, mirando al sur, recuerdo mejor sus palabras que su rostro y todavía me pregunto si llevaba razón.
Porque quiero pensar que Marruecos será algún día realmente democrático. Hoy por hoy Ridouan tiene razón. Nuestro incómodo vecino está desplegando su peor talante en el Sahara durante estos días. Mohamed VI sabe que tiene patente de corso en El Aiún a pesar de las acusaciones de violación de los derechos humanos y contra la libertad de prensa.
Detenidos, torturados y miles de jóvenes saharauis en Argelia, dispuestos a asaltar el muro que les separa de Marruecos a pesar de las minas antipersonal que lo protegen. Francia mira para otro lado, su país está lleno de marroquíes dispuestos a echarse a la calle a las primeras de cambio. España no sabe, no contesta, no sea que se aviven las llamas de final de verano en Ceuta y Melilla. ¿La Unión Europea?, no ve o no quiere ver lo que puede pasar de aquí a unos meses al otro lado del Estrecho.
Así las cosas, el gobierno de Rabat actúa, convencido además, de que es Argelia quien extiende las arenas movedizas del desierto para agravar el conflicto en los campamentos ocupados de El Aiún. Y en Tinduf, sede histórica del gobierno saharaui en el exilio, se oye ruido de sables: El Frente Polisario quiere que se cumpla la última resolución de la ONU de 2003, en la que se pide un acuerdo y la libre determinación del Sahara.
Pero eso no va con el rey de Marruecos. Mohamed VI no acuerda nada con nadie. El Sahara es para él, lo tiene claro. Sólo con las riquezas de fosfatos que salen del territorio ya es suficiente para justificar una ocupación que se prolonga desde la Marcha Verde, ordenada por su padre, Hasan II hace 35 años, con Franco agonizante. Marruecos y El Sahara pueden ser en breve la Israel y Palestina del Atlántico.
Y todo eso no es bueno para un país como el nuestro que no olvidará jamás cómo se las gasta el extremismo islámico que vino a Madrid de Marruecos una mañana de marzo, hace muy pocos años.
5 comentarios:
Pues creo que España está haciéndole el caldo gordo a marruecos porque les tenemos mucho miedo y ellos lo saben. Además, como venga el moro a por Ceuta y Melilla, nadie nos va a defender y si no al tiempo y eso también lo sabe Marruecos.
Vemos monstruos por todos lados, amigos. Que no, que Marruecos no se va a ir del Sahara en la vida. Hay demasiados recursos naturales como para dejar una tierra emparedada entre ellos y el mar. J.I
España no le hace el caldo gordo a nadie, lo que hay que hacer es pensar un poco mas allá de la noticia y entender que al moro no hay que cabrearle porque tenemos más que ganar que perder. Mohamed VI está controlando el terrorismo islámico y el narcotráfico y las pateras, que no es poco. A cambio pide que le dejemos hacer ruido con lo de Ceuta y Melilla, para su consumo interno. ¿qué queremos, democracia en Marruecos?, por favor...
Marruecos es un vecino complicado y si no le damos más caña será por algo. Para empezar porque no conviene cabrear a quien nos frena la inmigración ilegal (a veces), nos frena a los narcos, nos deja cuota de pesca y mantiene a raya a los alquaeditas que ya nos hicieron llorar hace seis años. ¿Es que no es suficiente? memoria, falta memoria.
El Sahara se hunde en las arenas del desierto y nadie lo impide. acabará siendo marroquí cien por cien, porque Marruecos es el único que sabe lo que quiere hacer con él. COmo pasa siempre el primero que llega se queda con el pastel. Marruecos llegó hace 35 años y ahora dile que se vaya... ni de coña se van los moros de allí.
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