La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.(George Orwell)


BLOG DE PERIODISMO URGENTE



lunes, 17 de enero de 2011

LA CADENA DE SORPRESAS


2011 es para casi todos un año sospechoso. La experiencia de 2010 nos ha hecho ser más cautelosos de lo previsto. Todos hemos deseado Feliz Año casi con la boca pequeña porque en realidad no nos lo creemos demasiado. Pero la crisis no sólo trae cosas malas: paro, impago de deudas, desahucios, más paro..., la crisis está haciendo más humano al ser humano, dentro y fuera de Madrid, dentro y fuera de España y está llena de sorpresas.

Y es que desde hace unos meses surgen miles de iniciativas encaminadas al ahorro de esfuerzo, de gasto y de tiempo y aumenta el consumo de algo tan denostado como la solidaridad entre iguales: cada vez hay más gente que comparte tartera en el trabajo, coche, combustible, libros de texto... Internet está plagado de webs para promover el trueque, tú enseñas inglés a mi pequeño los martes y jueves y mi hija mayor da clases a la tuya de matemáticas; te cambio la consola de videojuegos por tu bicicleta de montaña. No me digan que no es genial. Necesitaríamos la mitad de la mitad de lo que compramos si fuéramos así siempre.

Pues bien, ayer un desconocido me cambió su ticket de turno en una ventanilla de la Seguridad Social porque me vio mirar el reloj y me ahorró media hora de espera, "yo no tengo tanta prisa", me dijo. Me quedé de piedra, le di las gracias y él a mí una tarjeta. En ella podía leerse: "¿sorprendido?, ahora te toca a ti hacer una buena acción". No, no era su tarjeta de visita era la tarjeta de La Buena Cadena, The Good Chain. Se alejó invitándome a que investigara sobre ella. Acudí a la página web www.thegoodchain.org y me encontré con una larga cadena humana de personas que se hacen favores unos a otros y se pasan esa tarjeta blanca y verde.

Me pareció una idea genial. En dicha web encontré historias de gente que hace buenas acciones a otros, conocidos o no, por el puro placer de ayudar y de dar ese mensaje de cooperación, de ayuda, de humanidad. Resulta que un tipo contaba que el operario de la cabina de peaje de la autopista R2 le dio una tarjeta como esa de parte del conductor que acababa de pasar por la barrera y le dejó pasar sin pagar porque el de delante ya le había pagado el peaje.

Otra mujer contaba cómo un joven desconocido le regalaba un poemario que ella había hojeado en la librería en la que estaban ambos, y por supuesto con la tarjeta. Así hasta que oí una entrevista en la radio a uno de esos "ángeles" que se dedican a repartir tarjetas y buenas acciones. Era alguien que ni siquiera dio su nombre completo. Dijo: "sólo soy parte de la cadena humana de favores que pretende despertar el ser humano que llevamos dentro". Ya ven, la crisis todavía es capaz de sorprendernos. Hoy saldré a la calle con mis tarjetas blancas y voy a dar más de una sorpresa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Solidaridad entre iguales?, si, siempre ha creido que nos falta ayudar al vecino , que eso es lo que nos hace mejores, no solo acordarnos de los pobres haciendo donativosa. Lo que nos hace mejores es ayudar al de al lado. AHí demostramos lo que somos. SOR

ana dijo...

Me parece estupendo que aumente el buen rollo entre la gente , de la forma que sea. Ojalá encontraramos un hueco los que nos conocemos para vernos mas a menudo. El caso es que muchos necesitamos sentirnos algo mejor en estos malos tiempos para la lírica. Sigo tirando cañas de pescar. ¿ Pescaré algún dia ?