La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.(George Orwell)


BLOG DE PERIODISMO URGENTE



martes, 10 de marzo de 2009

HASTA HOY, GARZÓN



En mi país hay un juez tan hiperactivo que ha sobrepasado la barrera del sonido, qué digo, la velocidad de la luz. Su nombre ha dado la vuelta al mundo occidental tantas veces, tan deprisa, como él nunca soñó.

Su nombre es Baltasar Garzón, azote de "narcos" legendarios como Laureano Oubiña, de ministros y viceministros socialistas por él encarcelados que pagaban a policías españoles con carnet de secuestradores, de banqueros corruptos de guante blanco, de asesinos a sueldo, de terroristas islámicos, de dictadores vivos o muertos de los que salen en las enciclopedias como Pinochet en Chile o Cavallo en Argentina. A Franco no lo pudo desenterrar, pero faltó poco.

No puedo olvidar las madrugadas que pasé cerca de él, junto al juzgado número 5 de la Audiencia Nacional cuando instruyó el caso GAL, sobre los culpables de la guerra sucia contra ETA. En aquellas noches, pasaba horas sentado en las frías escaleras de acceso a su despacho. La información goteaba por debajo de la puerta como el agua de una caldera vieja: inesperada, contaminada y tóxica. Sus diligencias se filtraban interesadamente, a unos periodistas sí a otros no. Todo dependía de su estrategia judicial, envuelta en un halo de misterio que nos volvía locos a todos los que alguna vez cubrimos noticias en la Audiencia.

Verle salir de su despacho para ir al lavabo levantando una ceja era motivo suficiente para saber que tal o cual imputado se iba en libertad o ingresaba en prisión. Y la llegada del motero de Telepizza a su juzgado a medianoche era lo peor: nos quedábamos a cenar hasta la madrugada. Sin duda, Pilar Urbano acertó cuando le llamó en su biografía autorizada "El hombre que veía amanecer".

-Podéis ir a cenar, que esto va para largo-, nos decía con su voz aguda y rota, seguramente, lo que menos le gusta de sí mismo.

Hasta hoy, era para muchos el juez total, capaz de citar al mismísimo Barack Obama si descubriera que un sólo céntimo de su campaña electoral no estaba justificado. Como el agente federal Elliot Ness contra Capone, como el fiscal Jim Garrison en el caso JFK, como su admirado juez Giovanni Falcone, asesinado por la mafia. Garzón iba camino de ser uno de ellos, un héroe de una pieza, insobornable, que hacía sentirnos tan poca cosa a los que alguna vez hemos hecho algo malo...
Pero el héroe ha caído. Porque el Supremo tiene probado que Garzón ocultó que ganó 203.000 dólares por diversas actividades docentes en el Centro Rey Juan Carlos I de España y en el Centro Derecho y Seguridad de la Universidad de Nueva York durante los 15 meses que estuvo de excedencia. Mientras, seguía cobrando el sueldo de juez. Dice que declaró ese dinero a Hacienda, pero nunca dijo a sus superiores que iba a ganarlo. Si lo hubiera hecho, no le habrían dejado irse. Ha cometido una falta «muy grave», a sabiendas, según la Ley del Poder Judicial.

La Ley, esa que se escribe con mayúsculas, también es para él y no parece haberse dado cuenta. Lo que ha ocurrido puede acabar con su carrera justo cuando quiere ser presidente de la Audiencia. Ya nada será como antes. Todos podíamos discutir sus métodos, su peculiar forma de instruir sumarios, pero seguíamos respetándole. Hasta hoy, Garzón. Ya no le miro con los mismos ojos. Ha cruzado la línea. Está entre nosotros, los que a veces somos malos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que Garzón se ha caido con todo el equipo. Si lo que dice el Supremo es cierto, ya no merece ser juez de la Audiencia Nacional. Y mira que me gustaba.¿Es que no hay nada auténtico en esta vida?. Ramón G. H.

Anónimo dijo...

Queridos de Omnia Possum, Garzón es humano y ¿quién no se calla de vez en cuando que le pagan los bolos?. Es un buen juez y le perdono, pero que sea la última ¿eh? Ana María

Anónimo dijo...

Pobre Baltasar, ha pagado a Hacienda los impuestos de lo que le pagaron. Otros no lo hacen. Pero sí, si eres juez, ni te vayas de caza con el Jefe ni te calles que vas a cobrar pasta por lucir palmito en las conferencias. Salud, Omnia Possum. Buen blog. Mar

Anónimo dijo...

...y nosotros, los de los juzgados hasta arriba de curro y de porquería. Miles de expedientes y sin ordenadores. Cría fama y échate a dormir.

Anónimo dijo...

Este juez sabía lo que hacía. Si aceptó dinero a cambio de dar conferencias está en su derecho, pero en mi trabajo si me voy de excedencia un año me dejan sin cobrar, como a todo el mundo. La culpa la tiene el CGPJ que no se entera. Hale-hop!

Anónimo dijo...

Baltasar Garzón, te han pillado y dentro de poco te pillaran más. Seguro que aquí no ha acabado todo, porque no estás jugando limpio. Y yo me alegro. Tom

Anónimo dijo...

Este juez tiene demasiadas ansias de protagonismo. Seguro que es un buen juez pero aún no sé cómo puede ocuparse de cincuenta casos a la vez. ¿no será que no se ocupa de ninguno? me decepciona lo que ha hecho. Al final, la carne es débil y el bolsillo siempre tiene un agujero. Tom Love