El caso del activista venezolano Franklin Brito se parece cada día más al del cubano Orlando Zapata, a quien el régimen de Castro dejó morir el pasado mes de febrero. Franklin, en huelga de hambre desde hace meses, está detenido y recluido en un hospital militar tras enfrentarse al gobierno venezolano.
Brito era propietario de una tierra que le confiscó el gobierno de Hugo Chavez, en el estado de Bolívar. Allí cultivaba un tubérculo llamado Ñame, muy consumido por los indígenas y en la cocina típica venezolana.
Las plagas de insectos y otros parásitos que sufría su plantación en 2003 le originaron un problema serio para su producción. La solución a dichas plagas pasaba por utilizar una variedad de Ñame traída de Costa Rica que ayudaría a fortalecer sus cultivos. Sin embargo, el alcalde chavista de la localidad quiso fumigar con avionetas la zona con un químico muy perjudicial con la excusa de que era más barato. Franklin se negó y comenzó una batalla cuyo final está próximo.
En realidad, el alcalde y sus acólitos obtenían una alta comisión si utilizaban dicho pesticida. Franklin lo denunció ante la justicia venezolana que como esperaba no le hizo caso. Ahí comenzó una persecución contra él. Agotada la vía administrativa y judicial en su país logró un fallo favorable de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. El gobierno de Chavez le puso en el punto de mira.
Las plagas de insectos y otros parásitos que sufría su plantación en 2003 le originaron un problema serio para su producción. La solución a dichas plagas pasaba por utilizar una variedad de Ñame traída de Costa Rica que ayudaría a fortalecer sus cultivos. Sin embargo, el alcalde chavista de la localidad quiso fumigar con avionetas la zona con un químico muy perjudicial con la excusa de que era más barato. Franklin se negó y comenzó una batalla cuyo final está próximo.
En realidad, el alcalde y sus acólitos obtenían una alta comisión si utilizaban dicho pesticida. Franklin lo denunció ante la justicia venezolana que como esperaba no le hizo caso. Ahí comenzó una persecución contra él. Agotada la vía administrativa y judicial en su país logró un fallo favorable de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. El gobierno de Chavez le puso en el punto de mira.
Franklin Brito decidió ponerse en huelga de hambre en la sede venezolana de la O.E.A. (Organización de Estados Americanos), pero en diciembre de 2009 fue detenido y sacado a la fuerza de dicha sede y recluido en el hospital militar Carlos Arbelo. Brito ha decidido abandonar la huelga si es atendido por la Cruz Roja Internacional fuera de ese centro militar pero ahora el régimen de Chavez no le deja salir. Él seguirá en huelga de hambre hasta que pueda curarse en libertad, pero su estado es cada vez más crítico.
Numerosos activistas en Venezuela están recopilando firmas para pedirle al Juez de Control, Lenin Fernández Duarte, que ordene al Hospital Militar el acceso a los Médicos de la Cruz Roja Internacional para que le atiendan. Este caso, al igual que el del activista cubano Orlando Zapata, se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra el régimen de Hugo Chavez y más aún cuando no hay una causa ideológica ni política, simplemente una injusticia social contra un ser humano.
Desde España los lectores de este blog de periodismo urgente todavía podéis hacer algo: enviar vuestros comentarios y palabras de animo tras esta noticia, que le haremos llegar a él y a su familia y si es posible sumarse a la lista de firmas y apoyo a este pequeño gran hombre, a través de Internet.
Omnia Possum (podemos con todo)
5 comentarios:
Este hombre no es un político, ni un ideólogo. Es un agricultor castigado por quejarse y por tener razón ante la justicia internacional. COn esa huelga que hace... mal asunto. No creo que le suelten.
Con el gobierno de Chaves esta historia no parece acabar bien. Mucho animo, Franklin
Claro que apoyo a este hombre en su lucha por la justicia, pero creo que no podrá contra el gobierno Chaves, por mucha presión internacional que hagamos. Carla
Mi apoyo a ese agricultor. Yo tambien lo soy, pero aquí en España nos oprimen de otra manera: tenemos un gobierno socialista que permite que lo que nos cuesta 10 euros lo vendamos a 8. ANimo
Increíble adónde pueden llegar los abusos de los poderosos. Espero que esta lucha tenga un buen final, mucho ánimo.
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