La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.(George Orwell)


BLOG DE PERIODISMO URGENTE



jueves, 23 de junio de 2011

15-M (III) La antártida electoral

Del 15-M no queda mucho en la Puerta del Sol. Por fin se fueron "casi" todos. Queda un punto de información, que se me antoja más un monumento al recuerdo de aquellos días, donde uno puede informarse para seguir indignándose, que otra cosa. En todo caso hicieron bien en irse, hicieron bien en seguir adelante, pero lejos del Km 0.



Es cierto que un movimiento tan heterogéneo es difícil de clasificar, que les ha costado mucho definirse en lo que quieren, no así en lo que no quieren y es cierto que aún seguimos hablando de "ellos", no de nosotros. Porque todavía nos cuesta indignarnos a su lado, aunque cada uno se indigne por su cuenta. A veces pienso que para estar realmente indignado hay que estar sin trabajo y a punto de perder la casa por no poder pagar la hipoteca, porque si no, nos cuesta sumarnos a los que sufren, porque a su lado hace frío, porque están todavía en el polo opuesto, ahí abajo, en un lugar donde sólo se sobrevive.


La Puerta del Sol seguirá siendo el escenario de próximas movilizaciones. Y el Congreso de los Diputados parece ser el segundo plató de la puesta en escena de los que ya están hartos de estar hartos, que diría el poeta. Pero su grito ascendente, su protesta, no ha sido en vano. Ya hay consecuencias políticas porque a ningún partido se le escapa que en el 15-M hay millones de votos en blanco, un granero por conquistar, una antártida electoral que puede dar la victoria dentro de un año a quien sepa explotarla.


Algunos partidos ya piden la reforma de la Ley Electoral, menos duplicidad de gestión en las autonomías, otros proponen recortes en el gasto de coches oficiales, cargos públicos y asesores de cargos públicos que los demás aceptan a regañadientes... y así, un sinfín de propuestas que, aunque testimoniales, marcan una tendencia. Y todo por el 15-M, pueden estar seguros.


Porque aunque aún son unos miles, toman la calle, tienen poder de convocatoria y su perfil medio no es precisamente el de radicales antisistema. Más bien son jóvenes, padres y madres de familia, jubilados, trabajadores parados o en edad laboral difícil. Una legión ciudadana nada despreciable por lo que pueda pasar de aquí a unos meses. Ahora el 15-M viaja a los barrios, a los pueblos. Mejor, porque el movimiento se demuestra andando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo esperaba que estos chicos hicieran algo más que reunirse de cara a las elecciones generales. ¿No van a hacer un partido político, un movimiento ciudadano que conste en el Congreso?...