Somos el mejor país para dar pedales y casi el peor para utilizarlos. Todo está en la mente, en la actitud ante el cambio. Y no podemos decir que nuestros ayuntamientos no nos ayudan. El carril bici está por todas partes, pero sigue siendo un gran desconocido y malentendido. ¿Tiene que aumentar la crisis hasta el punto de llegar a necesitarlo porque todo el mundo se quedará si dinero para gasolina?
Espero que no, que no necesitemos ir en bici para descubrirla. Para los más incrédulos, para los que prefieren seguir echando humo, quizá una ecuación a base de lo que nos ahorramos en gasolina y ganamos en salud pueda convencerles. Podemos animar a los que se resisten a pedalear asegurando que ese ejercicio diario mejorará su físico pero también su cerebro, su forma de ver la vida, tenga los años que tenga.
Porque estamos hechos para estar en movimiento y nuestro metabolismo lleva miles de años preparado para la actividad, no para el sedentarismo absoluto. La crisis es una buena excusa para ahorrar dinero, ganar salud y autoestima. Nuestros pueblos son todo un aliciente para conocerlos a diario con un paseo en bici hasta la tienda que abrimos cada mañana o la oficina que nos espera.
Y si vamos a la gran ciudad, ya lo saben: RENFE-Cercanías deja por fin subir la bici, incluso en horas-punta. No sé si habrán montado en bicicleta este verano, pero da gusto utilizarla este otoño cálido para atravesar la crisis de lado a lado.
1 comentario:
No exageres,omnia, que hay mucha gente que va en bici y la cosa no está tan mal. Además, somos españoles, tenemos un sol estupendo para montar en bici, más horas de sol que nadie en Europa ¿y todavía quieres que demos pedales?, mejor una terrazita, un aperitivo y a casa a echar la siesta. Lo del manillar déjaselo a los europeos que son más aburridos y más ratas.
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